La noche del pasado jueves ‘Valentina’ deambulaba frente al bar La Dolce Vita, en la calle del Porvenir, cerrado junto a ocho comercios nocturnos esta semana por el Distrito de Cartagena. Ella es una joven trabajadora sexual del Centro Histórico, “desde que tengo 17 años”, relata.
Por la misma calle, a una cuadra de la Universidad de Cartagena, pasa un desfile interminable de mujeres que recorren algunos parajes de la Ciudad Colonial en busca de clientes: extranjeros que llegan a…