Como una gran amenaza ha calificado la Organización Mundial de la Salud esta semana al uso indebido de antibióticos, un problema de salud pública al que los expertos se refieren como una resistencia antimicrobiana; esto es la resistencia que las bacterias y otros agentes infecciosos están desarrollando debido a una especie de costumbre y acoplamiento a los distintos fármacos, conocidos como antibióticos, para tratar este tipo de enfermedades.
La gente, sin saberlo, toma estas pastillas para casi cualquier problema de salud, lo cual pone en riesgo su vida y la de los demás a largo plazo. Hablamos con el infectólogo José Luis Mosquera para que nos amplíe más información al respecto.
Los antibióticos y su uso excesivo
Los antibióticos fueron concebidos hace un siglo y medio para salvar a las personas de morir por agentes y enfermedades infecciosas que se producen por bacterias u otros microorganismos en el ambiente.
“Se trata de fármacos potentes que están dirigidos para eliminar eficaz y potentemente las bacterias y patógenos que producen enfermedades de todo tipo. Debido a su potencia, este tipo de medicamentos solo deben ser usados bajo prescripción médica y en casos muy específicos”, explicó el infectólogo consultado por Q’HUBO.
Una responsabilidad de todos
Resolver este problema de salud pública y evitar que aparezcan bacterias que no se puedan tratar con antibióticos es una tarea de todos. Los farmaceutas deben vender únicamente antibióticos a personas que posean una fórmula médica que demuestre su necesidad, en la cantidad y proporciones correctas. Los pacientes, por su parte, pueden:
- Evitar comprar Amoxicilina, Azitromicina, Sulfametoxazol y otro tipo de antibióticos que venden en farmacias, si su médico no se lo recomendó.
- Si tiene fiebre de más de 40 grados, dolores de estómago crónicos, diarrea, dolor de garganta continúo, etc., vaya por urgencias al médico y espere a recibir el tratamiento adecuado.
¿Por qué debería preocuparnos esto?
“Cuando una persona usa antibióticos sin receta médica para curarse de una diarrea, o una cortada simple, crea una resistencia biológica a los antibióticos. Esto quiere decir que, en caso de que la persona vuelva a sufrir una infección de cualquier tipo, necesitará de una cantidad más elevada de antibiótico para poder superarla. Esto crea un problema, porque los médicos cada vez se ven maniatados para tratar infecciones de mayor complejidad, ya que se encuentran con que la mayoría de los antibióticos en reserva no funcionan, entonces deben usar más u otros más potentes”, comentó el experto.
Por otro lado, si las personas siguen tomando antibióticos sin receta, no solo será más difícil curarse de infecciones, sino que también haría que en el ambiente aparezcan todo tipo de agentes infecciosos que no podrán ser detenidos o curados, un fenómeno que a la larga provocaría más muertos y más enfermedades incurables.
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