Muchos de los habitantes de Hatonuevo se unieron en un solo clamor, una sola oración, pidiendo a Dios por intercesión de la Santa Patrona la Virgen del Carmen, misericordia para con el pueblo, una verdadera -Lluvia de Oraciones-, por la sanidad de todos los enfermos.
La tarde fue catalogada como inolvidable y parte de la noche de este lunes 31 de mayo para el municipio de Hatonuevo. Se cumplió la intención del alcalde municipal, Luis Arturo Palmezano Rivero y la de la Primera Dama, Sandra Milena Sáenz Alba, quienes con la satisfacción y el gozo por el sentido evento, agradecieron una vez más a todos los habitantes del municipio.
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Por primera vez se realizó en el pueblo una emotiva jornada religiosa, cuyo objetivo fue; entrelazar sentimientos y darle rienda suelta a la Fe. Esta oración por la sanidad de todos los enfermos, por el descanso eterno de los que ya partieron, por la salud y el bienestar de todos y cada uno de sus coterráneos, y también y no menos importante, por la paz y la tranquilidad que tanto necesita nuestro país.
Fue un recorrido que ‘bañó’ gran parte de la geografía municipal, liderado por el Padre Esneider Enrique Vélez y todo el equipo de colaboradores de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, quienes abanderados por la Santa Patrona de este pueblo, recordaron una vez más, que la Fe mueve montañas y la Oración materializa milagros.
“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” … Recordaron también, que Dios sí escucha.
Fueron casi tres horas y media de recorrido, de oración y alabanzas, de peticiones, vivas y aplausos, donde se vivió al máximo la pasión y el amor a Dios, la muestra de un pueblo temeroso que clama que todo mejore, que cesen tantas tristezas y que vuelvan los buenos momentos y el abrazo alegre en todos los hogares hatonueveros.
Por cuestiones de logística no se pudo llegar a más sectores, por ello se transmitió en vivo a través de las redes oficiales. Cada familia vivió su fe, y se unió en oración, sin importar su credo, todos con un mismo propósito. «Somos una administración creyente de la palabra y convencidos que de la mano de Dios todo es posible. Dios bendiga a Hatonuevo».