Muchos son los relatos sobrenaturales y místicos que se han originado alrededor del rescate de los 11 mineros en la vereda El Bosque del municipio de Neira, al norte de Caldas.
El encargado de transportar los cuerpos de estos trabajadores hasta el Puesto de Mando Unificado o el corregimiento de Irra fue Nelson Eduardo Arcila, uno de los conductores del ‘Llevo’, quien tuvo la difícil misión de llevar a sus compañeros y amigos que perdieron la vida hasta donde podía entregárselos a la Policía Nacional.
El terreno es muy difícil y las condiciones del rescate particularmente extrañas; pues durante el transporte del primer cuerpo le sucedieron cosas únicas como la rotura del candado de la cadena de su moto, a pesar de estar nuevo.
Relata Nelson que hubo un momento en el que estuvo a punto de volcarse, pues la rueda delantera de su vehículo se torció hacia adentro; algo que jamás le había pasado.
Ante estas extrañas dificultades, a Nelson o ‘Pichu’ como es conocido en la zona, no le quedó más remedio que regañar a su amigo fallecido.
«Le dije que se dejara llevar o me tocaba dejarlo tirado en el camino. Al final me hizo caso y llegamos casi a las dos de la mañana hasta donde estaba el carro de Criminalística. Parecía que no se quería dejar sacar.»
Con resignación Nelson dice que es algo que le toca hacer aunque la afectación psicológica es grande. Recuerda que cada día le rogaba a Dios para que pudieran rescatar a sus vecinos y amigos a los que trajo el 26 de marzo muy temprano a trabajar como todos los días, pero sin imaginar que jamás volvería a verlos con vida.
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