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La calentura de la campaña presidencial nos lleva a ver las expresiones más aberrantes de los oportunistas políticos, que por conveniencia y no por convicción asumen posturas meramente basada en sus intereses, en la mecánica política y no pensado en los intereses de la gente, de nuestras ciudades, departamentos y del país. La profunda crisis de valores políticos por estos días esta a flor de piel, la identidad política se negocia, los valores y principios de los partidos no importan para algunos, cuando se trata de acomodarse donde ellos crean el árbol da mas sombra. Colombia necesita tener alternativas serias y concretas, no propuestas populistas de izquierda o de derecha, que buscan seducir con mensajes atractivos para sectores amplios de la población a los electores a fin de conseguir los votos sin importar a costa de que, lo peor del engaño y la desilusión de un pueblo que ya no aguanta más promesas ni mentiras.
Se siguen haciendo piques ilegales cerca al Aeropuerto
Estas expresiones de oportunismo ojalá sean vistas y rechazadas por los candidatos, sobreponiendo a estas circunstancias, cada uno desde sus principios, estilos y formas, la solución a los gravísimos problemas de nuestro Estado Nación. El país necesita grandes y profundas trasformaciones, proteger y mejorar las instituciones, para que estas sean robustas e independientes, hacer más eficiente la seguridad para garantizar el ejercicio de las libertades individuales y colectivas, avanzar en equidad como modelo económico y de gobierno, irrigando la riqueza y los privilegios para todos los estratos, no solo para unos cuantos, el campo debe tener en el próximo cuatrienio toda la prioridad, la productividad y la generación de riqueza debe estar basada en una gran política agrícola, que involucre no solo inversión sino aplicación de la ciencia la innovación y la tecnología para dar valor agregado, entendiendo y visionando la crisis alimentaria que se avecina como la gran oportunidad para el campo Colombiano.
Desprestigio, otra forma de lucha
La generación de oportunidades debe ser para todos, la nueva Colombia debe ser una sola, no puede haber “otra Colombia”, debemos acabar la exclusión, los índices de pobreza, el desempleo, la inseguridad, el narcotráfico y todas las expresiones que nos derivan odio, pobreza y miseria. Los acuerdos se deben hacer sobre principios, sobre soluciones reales y concretas, pensando en el bienestar de la gente, Colombia y los colombianos no aguantan más.
