El gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, y el ministro de Hacienda y Crédito Público, Ricardo Bonilla, revelaron este lunes 30 de septiembre la nueva reducción de la tasa de interés de política monetaria que, para octubre, que fue de 50 puntos básicos, dejando a la cifra en 10,25%.
Este dato le da continuidad a la racha bajista que este indicador ha mantenido desde el año pasado, aun a pesar de los recientes llamados de diferentes sectores para que las reducciones sean más agresivas. De hecho, la decisión de hacer este recorte fue tomada por mayoría y no por unanimidad por parte de la Junta Directiva del Emisor.
Ya en la rueda de prensa, el jefe de cartera dio más detalles acerca de las razones de esta reducción, así como lo que podría conllevar esto a la economía nacional.
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El ministro Bonilla, uno de los que más ha insistido en reducir las tasas con mayor velocidad, explicó que si se siguen haciendo reducciones equivalentes en las sesiones del año restantes, no se alcanzaría a llegar a la meta proyectada del 8,5%.
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«La perspectiva es que si se continúa con la misma senda de 50 puntos solo llegaríamos a 9,25%. La duda de la gran mayoría de los miembros de la junta directiva del Banco está en términos del resultado de la inflación del mes de septiembre. Hoy sigue siendo una expectativa. Esto quiere decir que el mes de septiembre debería continuar la senda bajista de la inflación como se espera, pero algunos tienen el temor de pacto de los días del paro camionero y el ajuste del precio del diésel«, explicó.
Cabe mencionar que el Banrep aseguró que las razones que consideraron para hacer este recorte fueron la inflación anual en agosto (que se situó 6,21% por debajo de lo esperado por el mercado).
«Las sorpresas a la baja se dieron en las canastas de alimentos por el buen comportamiento de la oferta y en la de regulados por menores ajustes en algunos servicios públicos. La inflación básica sin alimentos ni regulados descendió a 5,5%«, añadió el Emisor.
De igual manera, la entidad mencionó que esto también responde a que las medidas de expectativas de inflación para 2025, que se derivan de los mercados de deuda pública, se redujeron, mientras que las de los analistas permanecieron relativamente estables.
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