La Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) reaccionó este lunes a la propuesta hecha por el presidente Gustavo Petro de “nacionalizar” la concesión de la vía al Llano para que con el pago de los peajes se financie parte de los puntos críticos.
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Según Juan Martín Caicedo, presidente de la entidad, esta iniciativa implicaría “poner en manos del Estado la responsabilidad de la construcción, operación y mantenimiento de la vía más compleja del país, en medio de limitaciones de toda índole”.
“De darse ese escenario, las cosas conducirían a que el propio Estado asuma el costo de la terminación anticipada del contrato. Ahora bien: imaginemos una vía tan compleja como esa en manos del Invías, entidad que ha tropezado, incluso, con dificultades técnicas y económicas para echar a andar las vías comunitarias. Lo decimos de manera constructiva”, aseguró Caicedo.
(En qué consiste la propuesta de Petro de ‘nacionalizar’ vía al Llano).
Además, en diálogo con EL TIEMPO, señaló que en la vía al Llano hay más de 350 kilómetros, de los cuales casi 100 son ya doble calzada, cerca de 300 puentes y viaductos y 29 túneles, obras todas de condiciones ingenieriles complejas y, por ende, retadoras.
“En ese corredor, por lo demás, avanza una estrategia ecológica para apoyar, por parte del concesionario, procesos de reforestación e incentivos económicos a las comunidades, para que preserven el bosque y los páramos cercanos”, advierte Caicedo.
Juan Martín Caicedo Ferrer, presidente ejecutivo de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI).
Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI)
Igualmente, asegura que son evidentes las limitaciones institucionales, organizativas y económicas del país, las que, a su vez, han derivado en “protuberantes fallas” en la construcción y mantenimiento de las vías o las arterias a cargo de la Nación, o de los propios entes territoriales.
“Ha demostrado Fedesarrollo, por ejemplo, que para lograr lo que hemos alcanzado a través del modelo de participación privada en infraestructura, hubiésemos tenido que tramitar no menos de cinco o seis reformas tributarias de 20 billones de pesos cada una. Todo, bajo el inconveniente de que terminarían pagando las obras los colombianos todos, incluyéndose los que no las usan”, sentenció.
(Lea también: Respuesta de Coviandina a propuesta de ‘nacionalizar’ vía al Llano).
“Desde comienzos de los 90, cuando el país le abrió las compuertas al sector privado –al cabo de la entrada en vigor de la Ley 1 de 1991– para invertir en el desarrollo de ambiciosos proyectos de infraestructura, hemos sido testigos de una revolución histórica dentro del sector: la de superar un rezago de 100 años”, asegura.
Y dice que hoy los resultados, para poner sobre la mesa tan solo el modo carretero, han sido elocuentes: más de 10.000 kilómetros de carreteras intervenidas, decenas de túneles y poco más de 1.100 viaductos y puentes construidos.
“Las vías concesionadas no son un fin, son un medio que ha permitido transformar para bien las vidas de millones de colombianos y, por consiguiente, han hecho de este un país cada vez más cohesionado e inclusivo”, declaró.
Adicional a ello, indica que más allá de las virtudes naturales de las concesiones viales, como son menores tiempos de desplazamiento, ahorros en combustible y neumáticos o interconectividad, hoy detrás de cada proyecto se desprende un gran impacto social, así como una conciencia orientada a respetar el medioambiente.
De la misma manera, asegura que las vías concesionadas han sido un factor definitivo para impulsar el turismo. “Con las imponentes vías que se extienden por toda la geografía, cada año miles de viajeros se desplazan a sitios a los que, antes de que existiera esta infraestructura, era imposible acceder. Así, son cientos de desarrollos hoteleros y turísticos los que se han podido erigir”, explica.
Economía y Negocios EL TIEMPO
