En la nublada mañana de ayer, los habitantes del barrio La Isla del Sol (Tunjuelito) se levantaron aterrados al ver los terribles rastros de sangre que quedaron esparcidos por una cuadra entera. Anonadados, limpiaron frente a sus viviendas con baldes y escobas, mientras se preguntaban qué atrocidad ocurrió en aquel lugar.
De acuerdo con los pocos testigos del hecho, un hombre, de 32 años, recibió una contundente puñalada horas antes en medio de un presunto hecho de intolerancia.
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Mucho antes de que el sol se asomara por las frías calles del barrio, en una desolada y oscura esquina emergió un hombre tambaleándose y tosiendo, mientras lanzaba alaridos de dolor.
Varios transeúntes, que iban rumbo a sus casas, se toparon con una escalofriante imagen: jadeante, el hombre vomitaba sangre a borbotones mientras se tocaba el pecho y balbuceaba incomprensibles palabras, luego se desplomó ante los ojos espantados de las personas que lo hallaron ya moribundo.
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Noche de crimen
Las estrellas parpadeaban sobre la 1:30 de la madrugada, cuando justo en la Calle 65 sur con Carrera 64 apareció un hombre, identificado como Óscar Fernando Bermúdez Marín, con una grave herida en su pecho.
Yo iba con mi novia hacia Patio Bonito (Kennedy), estábamos buscando la salida principal de La Isla del Sol y dimos con una esquina del barrio. De allí salió el muchacho, llevaba puesta una chaqueta negra y cuando fuimos a preguntarle qué tenía no le pudimos entender, estaba escupiendo y vomitando sangre en cantidades alarmantes”, le narró a Q’HUBO un testigo anónimo.
Con los pelos de punta, el transeúnte y su acompañante intentaron auxiliar al herido, pero al verlo tan delicado no se atrevieron siquiera a tocarlo.
Yo le preguntaba que qué le había pasado y sólo se miraba el pecho y seguía botando sangre. Perdió tanta, que toda la cuadra quedó pintada de rojo. Yo me imagino que cuando se desplomó sobre nosotros era porque ya se había desangrado”, añadió la fuente con algo de estupor.
Inmediatamente, llamaron a la Policía, que llegó en una moto y una patrulla sin mayor demora. Los uniformados se encontraron con el hombre, que aún daba signos de vida por más que el feroz ataque le hubiese dejado un profundo agujero en su pecho, muy cerca de su corazón. Pero cuando la ambulancia arribó al Hospital El Tunal, el sujeto ya estaba más del otro lado y en un momento fugaz, falleció.
Aunque su muerte todavía resulta ser un verdadero misterio, lo cierto es que las autoridades presumen que este incidente se perpetró en medio de una riña. No obstante, la investigación apenas comienza y serán las cámaras de seguridad de la zona y el testimonio de los únicos testigos los que aclaren quién fue el cruel asesino y por qué le quitaron la vida en medio de una solitaria calle.
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Su cadáver ahora reposa en la morgue, donde sus familiares tendrán la traumática labor de reconocerlo y gestionar los trámites para velarlo.
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