La repentina muerte de Javier Eduardo González Pertuz, el sacerdote de 39 años el pasado sábado 4 de febrero en un bar en la carrera 70A con calle 42, en Laureles, en Medellín, ha conmocionado a los feligreses y ciudadanos.
El viernes 3 de febrero, el padre salió del Seminario Misionero San José, donde trabajaba formando a jóvenes y sobre la 1 de la mañana del sábado se encontró con otro hombre en el establecimiento comercial de la 70 y se sentaron en la mesa del fondo a…