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La menor que mantuvo el elemento en su cabeza y que por poco alcanza su cerebro, tuvo que ser intervenida en un centro asistencial especializado de la ciudad de Pasto, Nariño, para su recuperación.
Yarley Morales, oriunda de Puerto Guzmán, quien regresaba de la ciudad de Pasto de recibir atención médica para su hija de 7 años, narró los hechos en los cuales, la pequeña terminó con una tijera enterrada en su cabeza.
“No pues ella estaba jugando con otro niño de 4 añitos, y el niño le enterró una tijera en la cabeza. Estuvo al borde de la muerte; dicen que, por un centímetro, no le llegó a su cerebrito”, indicó Yarley Morales.
Los hechos se habrían presentado durante la primera semana de este nuevo año, en una residencia del barrio Central de Puerto Guzmán, medio Putumayo.
La mujer, no se explica cómo pudo haber pasado el accidente y da gracias a Dios, de que la menor ya se esté recuperando, pues tuvo que ser remitida a un centro asistencial en Pasto, para extraer el elemento; ni en Puerto Guzmán, ni en Mocoa, se le midieron a realizar el complejo procedimiento.
“Ella todavía tiene que tener unos cuidaditos para ella, dentro de un mes me toca regresar acá a Pasto”, indicó la mujer, pues la menor requiere estar en controles para monitorear la evolución de la herida.
Yarley, también narró que los padres del menor, que habría provocado el particular caso, le han brindado el apoyo, para sustentar algunos de los gastos para la atención médica de la niña.
El caso dejó en los protagonistas una moraleja, y es la de evitar que niños o niñas, muy pequeños no tengan a la mano, elementos que puedan ocasionar daño a cualquiera de los mismos; es una obligación de los adultos, estar atentos de los ambientes seguros para los niños y niñas.
Noticia con información del periodista comunitario, Marino Rosero “El Reportero de la Calle”
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