A inicios de agosto, Bolivia agradeció la adhesión de Colombia a su solicitud para la revisión crítica de la clasificación de la hoja de coca en la lista 1 de la Convención de Estupefacientes de 1961, que busca que se reconozcan los beneficios de la planta en su estado natural y que no causa dependencia.
En junio de 2023, Bolivia inició una campaña internacional para difundir la importancia de la hoja de coca y conseguir su desclasificación de la lista 1 de estupefacientes de la Convención de 1961, en la cual clasifican sustancias consideradas peligrosas y bajo control internacional.
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En noviembre del 2023, la OMS anunció al vicepresidente de Bolivia, David Choquehuanca, que esa entidad inició la revisión crítica de la clasificación de la hoja de coca a cargo de un comité de expertos internacionales.
Así as cosas, la Vicepresidencia de Bolivia emitió, hace uunos días, un comunicado en el que destaca “la voluntad de Colombia” de apoyar la solicitud boliviana para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su comité de expertos en farmacodependencia activen el proceso.
Colombia notificó su adhesión a la solicitud de Bolivia el pasado 29 de mayo al secretario General de la Organización de Nacionales Unidas, António Guterres, señala la nota.
“Renovamos nuestra gratitud al Presidente Gustavo Petro y al pueblo colombiano por su apoyo y compromiso con esta importante iniciativa”, señaló la Vicepresidencia de Bolivia.
“Este respaldo (de Colombia) es crucial para avanzar en el examen del actual estatus de la hoja de coca en la Lista 1 de la referida Convención, reconociendo que la hoja de coca no produce dependencia ni daño alguno al organismo humano y, por el contrario, tiene una inmensa importancia medicinal y nutricional para la humanidad”, añadió.
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Bolivia establece que “la adhesión de Colombia a esta iniciativa refuerza los lazos de cooperación y solidaridad” entre ambos pueblos y “constituye un paso significativo hacia un diálogo internacional más justo y basado en evidencias científicas sobre los usos y beneficios de la hoja de coca en su estado natural”.
“Colombia ha manifestado su intención de remitir datos adicionales al Comité en el marco del proceso de revisión crítica y fortalecer nuestro posicionamiento común en diferentes espacios multilaterales y regionales sobre la temática”, mencionó la Vicepresidencia boliviana.
El consumo de las hojas de coca en Bolivia es habitual, ya sea con el ‘acullico’ o masticado y en infusiones, para evitar dolores e incluso el mal de altura, además es uno de los principales productores del arbusto en el mundo.
En 2011, Bolivia se retiró de la Convención de 1961 y se adhirió nuevamente en enero de 2013 con una reserva para permitir el consumo tradicional de la hoja de coca en su territorio.
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La hoja de coca está consagrada en la Constitución boliviana vigente desde 2009 por sus usos tradicionales y medicinales, pero una parte de la producción se desvía al narcotráfico para fabricar cocaína.
Los cultivos de hoja de coca en Bolivia disminuyeron un 2 % en 2022, al pasar de 30.500 hectáreas registradas en 2021 a 29.900 un año después, de acuerdo al informe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc).
Mientras que desde 2017, Bolivia amplió la superficie de los cultivos legales de la planta de 12.000 a 22.000 hectáreas.
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EFE