El escritorio que hay en el despacho de Laura Sarabia suele permanecer vacío. Cuando ella está en su oficina no se sienta ahí, sino en la mesa del frente: desde ese lugar puede ver qué pasa en el despacho del presidente Gustavo Petro. Si sale, si entra, si la llama, si la necesita. La suya es la única oficina con acceso directo a la de él. Los separan pocos metros. En realidad, los separan pocos metros ahí y en todas partes: donde Petro está, también está ella.
(Además: ¿Crisis…