Tomado de radionacional.co
El distrito de Tumaco fue el escenario que dio apertura a la reanudación de las negociaciones entre el Gobierno Nacional y la Segunda Marquetalia, luego de más de 70 días de suspensión, delegados de ambos actores sostuvieron un diálogo activo con comunidades étnicas, campesinas y otras organizaciones sociales, con el objetivo de conocer las voces de los principales afectados por el conflicto armado.
Desde la mesa de negociación el mensaje fue contundente, Nariño será el modelo de paz que se implementará en el resto del país, Armando Novoa, jefe negociador del Gobierno Nacional, explicó que con estos diálogos, no se repetirán los mismos errores de otros ejercicios similares que se han llevado a cabo en años anteriores.
“No encontramos mucho sentido en que se haga un acuerdo y los efectos de este, solamente empiecen a materializarse cuando se termine el proceso, lo cual es una situación incierta e impredecible, así que como lo hemos dicho, acuerdo firmado es acuerdo que se debe cumplir”, manifestó.
Estas transformaciones, denominadas acuerdos tempranos, apuntan cerrar brechas históricas que han afectado al territorio, generando alternativas de tipo estructural para solucionar las problemáticas de violencia.
Representantes del pueblo negro e indígena de Nariño, han recibido con mucha expectativa este proceso de paz, puesto que significaría un avance crucial en la búsqueda de la paz territorial.
Marino Antonio Quiñones, asesor de la Asociación de Consejos Comunitarios y Organizaciones Afrodescendientes de Barbacoas, expresó que es necesario garantizar la participación real de las comunidades en la mesa de diálogo.
“Estamos insistiendo desde los pueblos étnicos y campesinos, que se debe garantizar la participación en la mesa de diálogo para plantear cómo queremos que esa reparación histórica por la afectación del conflicto, traiga un plan integral de desarrollo para estas comunidades”, puntualizó.
Este mismo sentir lo comparten los pueblos indígenas del territorio, siendo una de las poblaciones más afectadas por las dinámicas del conflicto. Javier Guanga, comisionado político de ORIPAP, organización awá de la zona del Pacífico, expresó que son grandes las expectativas que se tienen de este ejercicio.
“Para nosotros es muy esperanzador que los actores armados tengan la voluntad de sentarse a negociar con el Gobierno, en algún momento de la historia vamos a poder estar tranquilos dentro de nuestro territorio”, explicó.
Más de tres mil personas recorrieron las calles de Tumaco, provenientes de todos los municipios de la Costa Pacífica, promulgando el mismo mensaje, respaldar la continuación de estos diálogos para ver materializada la anhelada paz en el territorio.
Desde este espacio, se anunció que el segundo ciclo de negociaciones, iniciaría la segunda semana de octubre desde La Habana, en Cuba, y que además la mesa de negociaciones volvería a Tumaco, para concertar con las comunidades los mecanismos de implementación de estos acuerdos de paz.
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