Trancones y un caos total vehicular y peatonal es lo que se vive en Paraguachón, particularmente en el sector de La raya, donde la actividad comercial es más profusa en el corregimiento, área de confín de estado entre Colombia y Venezuela.
Desde que se anunció la reapertura de la frontera, la situación es cada día más caótica porque no existe control alguno ni para los conductores y muchos menos para los comerciantes y los peatones.
En opinión del comerciante Mauricio Ramírez, desde que se anunció la entrada y salida nuevamente de quienes de alguna manera deben ingresar al vecino país y llegar de la república bolivariana de Venezuela la situación de movilidad se volvió insoportable.
“Esto ha sido peor, más caos, más estrés, todo el transporte, las tractomulas, los automóviles, las camionetas, esto es un desastre y los mismos compañeros, formamos trancones y la vaina no tiende a mejorar sino a empeorar”, dice.
El comerciante no cree que la situación económica haya mejorado mucho con la reapertura de la frontera y por el contrario cree con pesimismo que ahora hay más enredo debido a que como se están llevando la mercancía, ahora los venezolanos que eran sus compradores no están llegando.
En La raya se comenta que los trancones causan demora y eso perjudica a los visitantes o a los comerciantes y venezolanos que llegan no a comprar sino a irse ya sea para Venezuela o que ingresan a Colombia con el fin de establecer su vivienda acá.
En conclusión, los comerciantes del fronterizo corregimiento no están recibiendo los beneficios que esperaban con la reapertura de la frontera debido a que el desfile de vehículos de carga pesada es constante, llevando las mercancías directamente a las grandes ciudades del país vecino.
Ese movimiento vehicular le deja a Paraguachón solo caos, trancones y una movilidad complicada, debido a que no hay control ni a la entrada ni a la salida que regule, agilice u oriente a los conductores.