El proyecto de Ley del Presupuesto General de la Nación sigue dando de qué hablar, pese a que ya pasó una semana desde su radicación oficial ante el Congreso de la República, no sólo por las advertencias que nuevamente se están generando por las proyecciones de ingresos y la dependencia de otras normas para lograr recursos, sino porque algunos sectores en el Legislativo estarían pensando en retirarle su apoyo.
Argumentando que “no tiene piés, ni cabeza” y que se estarían repitiendo errores como el de los arbitramentos y litigios que llevó a proyectar dineros que nunca se percibieron, congresistas de las comisiones económicas se han mostrado bastante preocupados y no descartan pedir al Gobierno que lo ajuste para evitar riesgos fiscales.
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Entre los puntos de alerta se encuentran el “espacio contingente” de $24 billones que mostró el Confis, que para el Ministerio de Hacienda es solo de $12 billones, pero depende de que el Congreso le apruebe adelantar el cumplimiento de la regla fiscal. También el hecho de que se sacrifique la inversión para subir el gasto de funcionamiento.
Un drástico recorte
Tan pronto como se conoció el proyecto de presupuesto, varias voces señalaron que habría que recortarle más de $20 billones a estas proyecciones. No obstante, en los últimos días se conoció un informe del Banco de Bogotá que dice que este tijeretazo debería ser del doble si se quiere solucionar el apretón de caja que enfrenta el Estado.
Presupuesto
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El equipo de Investigaciones Económicas de esta entidad financiera, señaló que en el 2025 se podría dar una sorpresiva baja en los ingresos de la Nación que ronde los $40 billones, teniendo en cuenta que una parte importante de este rubro depende de la buena voluntad del Senado y la Cámara de Representantes.
“Se requiere el visto bueno para adelantar el período de transición de la Regla Fiscal y la aprobación de la Ley de Financiamiento. Además, en el cálculo también se incorpora un posible incumplimiento de la Dian en la meta de recaudo tributario, tanto por una eficiencia administrativa menor a la proyectada, como en el recaudo de impuestos si el crecimiento económico se ubica por debajo de lo esperado”, manifestaron.
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De esta manera resaltaron que de materializarse los riesgos expuestos, el Gobierno tendría que recortar su gasto, a pesar de que las presiones en el gasto son altas si se tiene en cuenta la posible entrada en vigor de la Reforma Pensional.
“La publicación del presupuesto del 2025 vino acompañada de importantes cambios en el Plan Financiero del mismo año. En particular, la expectativa de ingresos de la Nación se revisó al alza (con casi un mes de diferencia) en +$31,1 billones, de los cuales $26,6 billones son explicados por una mayor meta de recaudo de la Dian. Así, además de los $12 billones de la propuesta de reforma tributaria, que depende de una aprobación en el Congreso, el PGN contempla un recaudo por eficiencia de la Dian de $29 billones para el siguiente año, una meta difícil de alcanzar”, manifestaron con detenimiento.
Minhacienda – Ricardo Bonilla.
Cortesía – Minhacienda
Palo para cucharas
A esto le sumaron que el país se encuentra en un escenario de difícil gobernabilidad ante el ruido político que ha experimentado el país en las últimas semanas por escándalos como el de Gestión del Riesgo, lo cual podría incidir en que no pasen las peticiones que se plantearon en materia fiscal y presupuestaria.
De esta manera el espacio fiscal que espera ganar el Gobierno con los proyectos que presentará al Congreso, “para adelantar el período de transición de la Regla Fiscal (+$5 billones) y la reforma tributaria (+$12 billones), corren riesgo de no darse. Si este escenario se materializa, se tendría un hueco fiscal adicional de $17 billones”.
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Crecimiento económico
Para resumir las cuentas, desde el equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá se resalta que no hay seguridad frente a $20 billones de los $29 billones que esperan lograr por eficiencia de la Dian. Si a esto se le suman los $17 billones que dependen del Congreso, las cuentas quedan cerca de su proyección de recorte.
Ahora bien, en otro apartado incluyen los efectos de la desaceleración económica si se extiende más de lo debido, resaltando que “si al descalce fiscal de $37 billones se le adiciona un posible incumplimiento de la meta de recaudo de impuestos ante un escenario económico más retador al planteado por el Gobierno, los cálculos de IE indican que el descuadre total rondaría los $40 billones”.
Banco de Bogotá
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Para argumentar mejor esta parte indicaron que si el crecimiento económico de 2025 se ubica más en un nivel de 2,6% (escenario de IE) y no de 3% como espera el Gobierno, el recaudo de impuestos podría ubicarse cerca de $3 billones por debajo del objetivo.
“Si bien el escenario de un desfase en ingresos de $40 billones es uno de los más adversos que podría enfrentar el Gobierno, existen altos temores que, de aprobarse el proyecto de Ley del Presupuesto General de la Nación para el siguiente año, este se encuentre desfinanciado”, recalcaron.
Presiones por llegar
A esta falta de recursos que se cierne en el horizonte como una amenaza, los autores de este reporte agregaron que las cosas no serán fáciles el otro año, ya que hay que incorporar la entrada en vigor de la Reforma Pensional, que le generará una presión de gasto al Estado por $4 billones. No obstante, dejan claro que en esta oportunidad el Gobierno revisó a la baja su meta de déficit fiscal primario de 0,5% del PIB en el Marco Fiscal de Mediano Plazo a 0,1% del PIB en el Presupuesto.
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“En otras palabras, dejó un margen de maniobra ante posibles eventualidades. Sin embargo, el margen es de apenas $7,3 B. Por lo tanto, si bien la solución sería un recorte del gasto, la inflexibilidad del presupuesto hace que esta sea una tarea difícil para las autoridades”, manifestaron, al tiempo que esperan que un posible recorte recaiga nuevamente en los rubros de inversión.
En este sentido cerraron recordando que para Fitch Ratings, más allá de confirmar la calificación crediticia de Colombia, puso sobre la mesa que la sostenibilidad de las finanzas públicas depende de reformas estructurales en los ingresos o en el gasto y pidieron aprovechar que apenas comienza el debate del PGN 2025 para que se corrija lo que haga falta.
