Una nueva preocupación se suma a la crisis que enfrenta el sistema de salud por cuenta del desfinanciamiento que atraviesa. En esta ocasión, el representante a la Cámara por el Centro Democrático, Andrés Forero, alertó que el Ministerio de Hacienda le aseguró que actualmente podría no haber recursos para pagar los presupuestos máximos de este año, que estarían cercanos a los $2 billones.
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Los argumentos del Minhacienda radican que por el incumplimiento de las metas de recaudo tributario en el primer trimestre de la actual vigencia, es decir, de este año, se produjeron una serie de presiones sobre la liquidez del Tesoro Nacional que obligaron al recorte presupuestal.
En un derecho de petición respondido por la cartera al representante, se determinó que en referencia con el flujo de recursos destinados para pagar presupuestos máximos, estos “podrían eventualmente ser programados para el último mes de la presente vigencia fiscal, dependiendo del comportamiento del recaudo de los recursos que hacen parte del Presupuesto General de la Nación”.
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Cabe destacar que ahora estarían en riesgo los recursos que cubren especialmente las enfermedades de alto costo, pues los presupuestos máximos cubren los servicios, medicamentos y nuevas tecnologías que no están dentro del Plan Básico en Salud (PBS), es decir, aquellos que en no cubre la Unidad de Pago por Capitación (UPC).
Otro de los problemas es que no solo estarían comprometidos los presupuestos máximos de este año, sino también los de 2022, que se calculan por un total de $820.000 millones, cifra que hasta hoy no se han girado. Estos, también fueron denunciados por el representante Forero.
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Incluso, el director de la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), Félix León, le aseguró a Portafolio recientemente que respecto a estos recursos, se estaba esperando que el Ministerio de Hacienda los girara, teniendo en cuenta que el concepto de ese dinero está bajo el de deuda pública.
“El Ministerio de Salud puede expedir las resoluciones de pago, pero esta plata no está aquí porque es de deuda pública, está en Hacienda. Estamos esperando a que nos llegue el giro de esa cartera”, explicó León.
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De acuerdo con la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), por esta situación, y considerando que mensualmente se deben destinar cerca de $300.000 millones para la financiación de presupuestos máximos, el Ministerio de Hacienda no pagaría con oportunidad cerca de $1,8 billones de pesos que se necesitan para cubrir los presupuestos máximos hasta fin de año.
“Es preciso anotar que, el 90% de los recursos de presupuestos máximos se utilizan para pagar los servicios y medicamentos de alto costo. Es decir que, principalmente los pacientes con enfermedades raras y huérfanas se benefician con el pago de estos recursos no incluidos en el PBS”, dice Acemi.
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Incluso, el vicepresidente técnico de Acemi, Mario Fernando Cruz, destacó que las consecuencias de que estos recursos no se giren en lo que queda del año se van a reflejar en personas que requieren pañales por incontinencia o que están en condición de discapacidad, para las madres que acompañan a sus hijos, alimentos para médicos, tratamientos costosos de cáncer o analgésicos para personas que sufren de dolores crónicos, entre otros.
No obstante, en una respuesta de derecho de petición anterior del Minhacienda para el congresista Forero, esta entidad destacó que al menos los ajustes de presupuestos máximos del 2022 que faltan por pagar, se girarán una vez los recursos de la nación muestre un “comportamiento adecuado” que permita la asignación de los mismos.
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¿Cómo funcionan los presupuestos máximos?
De acuerdo con un análisis del centro de pensamiento Así Vamos en Salud, los presupuestos máximos son los recursos complementarios a la prima definida como Unidad de Pago por Capitación (UPC), que se calcula anualmente y que busca cubrir aquellos servicios y tecnologías que aún no son financiados por la UPC.
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Entre las condiciones del no financiamiento del PBS se destacan la alta variabilidad de precios o por ser servicios sociales complementarios ordenados por un juez, pero que no necesariamente deben ser cubiertos con recursos de salud.
Según el centro de pensamiento, actualmente se financian con los presupuestos máximos algunos medicamentos para enfermedades huérfanas, los servicios sociales complementarios, la mayoría de los medicamentos nuevos, Alimentos Nutricionales Para Propósito Médico Especial (Apme), algunos procedimientos, dispositivos y medicamentos utilizados para una indicación diferente a la aprobada por la agencia reguladora.
“El presupuesto máximo se fundamenta en el artículo 240 de la Ley 1955 de 2019, el cual modificó la forma como se administran y gestionan los servicios y tecnologías de salud no financiados con recursos de la UPC que antes eran recobrados a la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres)”, afirman.
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Además, esta metodología se creó a partir del 1 de marzo de 2020, con la ley nombrada anteriormente, y por el cual se asigna un presupuesto anual a las EPS del régimen contributivo y subsidiado con el que estas entidades deben realizar la gestión y garantizar la prestación de los servicios y tecnologías en salud no financiados con la UPC a sus afiliados.