Tras los enfrentamientos entre manifestantes y fuerza pública ocurridos el pasado 28 de mayo, cuando se cumplió un mes del inició del paro nacional, el Gobierno nacional expidió el decreto 575, por medio del cual se autoriza a los mandatarios departamentales y municipales de las zonas donde se han presentado hechos violentos, a tomar medidas como la militarización de las localidades y establecer restricciones a la movilidad como es el caso del toque de queda.
A pesar de los anuncios del Gobierno nacional a través del decreto mencionado, en Risaralda no se pondrían en marcha medidas como las mencionadas y se continuará con las mesas de diálogo con los jóvenes que participan en las marchas en el marco del paro nacional.
Israel Londoño, secretario de Gobierno departamental, aseguró que “Nosotros no pensamos militarizar el departamento, lo que queremos es evitar que se bloquen las vías del departamento y esto nos lleve a que no podamos sacar o ingresar diferentes productos a Risaralda. No vamos a permitir que se vuelva a presentar un taponamiento de vía como el acontecido en La Romelia”.
Hay que recalcar que actualmente no se registran bloqueos de vías en jurisdicción de Risaralda, después de que fueron levantados los taponamientos de La Romelia y en límites de Cartago y Puerto Caldas, así como los presentados en otras vías del departamento, no obstante en otras regiones del país, especialmente en el Valle del Cauca, todavía hay bloqueos de vías que han generado graves afectaciones a la economía del país.
Es preciso señalar que el decreto 575 faculta a los gobernadores y alcaldes para: “Adoptar las medidas necesarias, en coordinación con la fuerza pública, para levantar los bloqueos internos que actualmente se presentan en las vías de sus jurisdicciones, así como también evitar la instalación de nuevos bloqueos”.
Tampoco habrá toque de queda
El decreto expedido por el Gobierno nacional, también faculta a los gobernadores y alcaldes, para decretar toque de queda, frente a cualquier alteración significativa del orden público.
Aunque en la tarde y noche del 28 de mayo, se registraron fuertes enfrentamientos entre manifestantes y fuerza pública, así como algunos actos de vandalismo que dejaron afectada la red semafórica y algunos establecimientos de comercio en el centro de Pereira, las autoridades no tienen registró de personas fallecidas en las hostilidades, ni tampoco heridos de consideración. Ante este panorama, por ahora no se contempla en el departamento, tomar alguna medida como el toque de queda.
En Risaralda ya se ha decretado el toque de queda en meses anteriores, pero no por problemas de orden público, sino por los altos contagios y muertes diarias por cuenta del Covid- 19.
Sobre los hechos violentos ocurridos el pasado 28 de mayo, desde el Comité Intergremial de Risaralda manifestaron que “el Comité Intergremial de Risaralda condena los actos de terrorismo y asonadas de delincuentes que han venido ocasionando en del departamento daños a la integridad personal y subversión del orden público, lo que ha traído dolor, malestar y repudio por el ensañamiento criminal que los victimarios causan con odio a la comunidad en plan de amedrentarla con el derrumbe pretendido de las instituciones”.
Destacado I
Desde la Personería de Pereira, aseguraron que los autores de los actos vandálicos del pasado 28 de mayo, cuando también fue atacada una camioneta de este organismo del Ministerio Público, no son los mismos que realizan las manifestaciones pacíficas.
Destacado II
En Pereira se investigan más de 50 denuncias por brutalidad policial durante las movilizaciones del paro nacional. Desde el Gobierno nacional también se facultó a los mandatarios, para que brindar apoyo a las autoridades para tener mayor eficacia en los procesos de captura y judicialización de las personas que incurren en los actos delictivos que afectan el orden público, la seguridad y la convivencia ciudadana.
Pie de foto: Varios establecimientos comerciales en inmediaciones de la plaza cívica Ciudad Victoria, sufrieron numerosos daños en sus instalaciones, tras la realización de una nueva jornada de marcha.
