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Las lágrimas no dejaban de recorrer sus frías mejillas. Sus pies no dejaban de acelerar los pasos intranquilos. Deisy Mendoza, una mujer de la tercera edad, llegó a la estación de San Mateo en Soacha, con el corazón roto, la madrugada de este lunes. Apenas la vieron, los policiales fueron en su ayuda y la mujer, en medio de un dolor inmenso, les contó lo que había ocurrido minutos antes en su casa: acababan de asesinar a su hijo en la sala.
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Los uniformados de inmediato notaron que lo que decía la mujer debía ser cierto y la llevaron de vuelta a la humilde vivienda en la que vivía con su único hijo, en el barrio Armero de la Comuna 5. Al llegar a la pequeña casita de ladrillo, lo primero que notaron fue el vidrio de la sala roto; lo segundo, el cuerpo tendido de Víctor Julio Mahecha Mendoza, un hombre de 39 años. Así comenzaron las pesquisas para esclarecer este misterioso homicidio.
Baleado por la ventana
Cuentan los vecinos de esta callejuela que tanto la señora Deisy como su hijo, llevaban toda la vida viviendo en esa casita ubicada sobre la Carrera 7B Este con Calle 29F, en Soacha. La madrugada en la que asesinaron a Víctor, su madre estaba durmiendo plácida antes de que varios sujetos llegaran a cometer el crimen de manera vil.
“Nos vinimos a enterar al día siguiente que habían disparado al hijo de doña Deisy. Dicen que los tipos le dispararon después de tocarle la puerta, fue muy de madrugada, tipo 12:10. Al otro día estaba lleno de policías y la señora estaba muy triste, no tenía a nadie más y quedó completamente solita”, contó ayer a Q’HUBO una vecina de la zona.
Sobre el homicidio, los reportes judiciales hablan de varios sujetos implicados. Un solo tiro le pegaron al hombre. Primero, los bandidos le tocaron a la puerta blanca en su búsqueda, pero Víctor no abrió de primerazo.
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Antes quiso cerciorarse de quién era su visita, por lo que optó por asomarse a la pequeña ventana, momento en que uno de los sicarios lo vio asomado y sin mediar palabra le disparó justo en la cabeza. Su cuerpo sucumbió ante el impacto y quedó tendido sobre la sala. Ese fue el momento en que doña Deisy se paró de la cama, solo para encontrar el cadáver de su querido hijo.
A un lado de la ventana rota, y a las afueras de la casita, se encuentra el carrito de la señora con el que vende arepas. Los vecinos cuentan que “ella toda la vía sacó adelante a su hijo con ese carrito de arepas, todos la conocen por ellas. Siempre decía que ese puesto era el que mantenía la familia. Eran además, muy ricas”.
Para las autoridades en Soacha, el ataque tuvo que ser premeditado y ahora investigan los pasos de Víctor para determinar si tenía algún tipo de amenazas. También indagan los antecedentes del hombre para esclarecer el contenido del atentado sicarial. Los vecinos, por su parte, apenas distinguían al finado.
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“Sobre su hijo sabíamos que últimamente no hacía mucho, incluso en las semanas que pasaron él había estado con un brazo vendado por algo que le había pasado. Él andaba de aquí para allá, estaba próximo a cumplir 40 años, pero no llegó. Lo único que esperamos es que a doña Deisy no le dé una pena moral porque para ella su hijo lo era prácticamente todo”, añadió otra vecina observando el puestico de arepas.
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