El miércoles pasado se podía palpar el nerviosismo en los pasillos de los pisos de negociación de las entidades locales que operan en los diferentes mercados financieros. Antes de iniciar la jornada, las bolsas europeas estaban en rojo a la espera del dato de inflación de Estados Unidos. Era miércoles 13, pero por la ansiedad que se vivía, bien podría haber sido martes. El dólar había alcanzado su máximo histórico en la jornada anterior, con una tasa de cambio de cierre de 4.625…