La tarde de ayer avanzaba tranquilamente en el barrio El Recuerdo (Teusaquillo), donde la actividad comercial se movía a buen ritmo. Pero cuatro estruendos, disparos fatales, acabaron con esa paz que se vivía en la cuadra, ahora apoderada por los gritos, la gente corriendo de un lado a otro y un sujeto que se montó en una moto luego de dejar su tinto caliente y dos muertos en una popular panadería.
Conmocionados quedaron los vecinos y comerciantes de este barrio, luego de conocer sobre el doble homicidio que ocurrió en la panadería Panes & Manjares, ubicada en la carrera 35 con calle 25A.
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Según los vecinos y testigos del cruento episodio, dos hombres llegaron al establecimiento y pidieron un café. «Este es un barrio muy tranquilo, lleno de negocios, y el carro que se parqueó ahí no tenía nada raro. Luego de unos 15 minutos escuchamos cuatro pepazos. ¡Yo me tire al piso!”.
Los clientes de la panadería salieron corriendo y las muchachas de adentro quedaron tan impactadas que ni siquiera pudieron gritar”, comentó la dueña de una ferretería ubicada cerca del sitio del doble homicidio.
Luego de que los ánimos se calmaran, los rumores empezaron a rondar, y algunos decían que a los hombres, de 50 y 35 años aproximadamente, los venían siguiendo. “Lo que las muchachas dijeron fue que dos tipos en una moto llegaron apenas ellos se sentaron y uno esperó afuera al otro”, añadió otra vecina de una peluquería.
Mentes criminales
Q’HUBO conoció cómo actuaron los sicarios, que ya tenían todo un plan para cometer el doble asesinato. A las 4:20 de la tarde llegaron los dos hombres, entraron a la panadería y se sentaron en la primera mesa. Al rato llegó un sujeto de unos 25 a 30 años, vestido con una chaqueta azul ancha, gorra oscura y se sentó en la mesa de atrás.
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Durante varios minutos el sujeto detalló el rostro de las víctimas; incluso, dicen, sacó el celular y se cercioró de que fueran ellos. Una vez corroboró la información, el sujeto hizo su movida final: llamó a la mesera y le dijo, “regáleme un tintico”, a lo que la muchacha se adentró al mostrador y se volteó a preparar el café. Ese fue el instante en que el malandro se puso de pie, sacó la pistola y le propinó dos tiros en la cabeza a cada uno. Luego salió apurado y se montó en una moto AKT 80, esfumándose del sitio mientras afuera reinaba el miedo y el caos.
Este relato es la clave principal que las autoridades tienen para dar con los sicarios que mataron a los dos hombres, quienes al cierre de esta edición, no pudieron ser identificados. Por el momento las placas de la moto, el registro de las cámaras y la descripción de los pillos, ya está en manos de las autoridades.
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De manera preliminar las autoridades apuntan a que este fue un sicariato premeditado; los móviles aún siguen siendo materia de investigación. Unas tres horas les llevó a las unidades de la Sijín hacer el levantamiento de los dos cuerpos, pero a los habitantes de este barrio les llevará mucho más superar esta conmoción.
¡Es terrible!, todavía no lo creemos, este era un barrio bien, pensamos que nunca pasarían estas cosas, pero últimamente la cosa se está poniendo fea. Qué triste ver este actuar criminal por aquí”, dijo una vecina asustada.
A las 6:45 p. m. los agentes de criminalística sacaron los cadáveres de los hombres ante la mirada atónita del vecindario, el cual a partir de este doble hecho de muerte no será el mismo.
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