Los pequeños hijos de Yeivis Guzmán se quedaron esperando a que su padre los visitara los últimos dos fines de semana, como lo hacía siempre. El joven venezolano, que llegó hace poco más de cuatro años a la capital para buscar una mejor vida para su familia, llevaba desaparecido 22 días (desde el pasado miércoles 21 de julio), sin dejar rastro alguno en inmediaciones del barrio Las Delicias del Carmen, donde vivía solo.
Luego de dos semanas de ardua búsqueda por parte de amigos y familiares del muchacho, de 26 años, este fue hallado en una zona boscosa en alto grado de descomposición, al fondo de un barranco que limita con la Carrera 5B con Calle 127A Bis (Usaquén). Lo único que quedó del joven fue un casco de motocicleta, en la que habría llegado con un sujeto la última vez que fue visto.
El muchacho había dejado Caracas (Venezuela), como muchos de sus allegados que se establecieron en Bogotá, para buscar mejores condiciones de vida. Su tía, Sol Rivero, le contó a Q’HUBO los pormenores de la búsqueda y el trágico hallazgo. “Él desapareció el 21 de julio a las 8 a. m. La denuncia se puso el 23 de julio, asignaron un investigador, pero no asistió porque tenía covid. Todo el reporte que tiene el investigador lo hicieron la mamá de sus dos hijos, su papá y todos los familiares que salimos a buscarlo, hasta solicitamos las cámaras de la zona donde vivía. Fue muy difícil porque varios no quisieron ayudar. Todos fueron a buscarlo, hasta que encontramos el casco de su moto”, contó.
Tras las pistas…
La semana pasada apareció el casco, único indicio con el cual se activó la búsqueda del cuerpo del joven por parte de las autoridades, pero “a pesar de que asistieron hasta los Bomberos con sabuesos y drones ese día, lo buscaron hasta la medianoche y nada, no lo encontraron”, agregó la doliente.
Según unos vecinos, detrás de una marmolería fue donde un comerciante, quien estaba buscando eucaliptos para luego venderlos, se aterró al percibir el fétido olor que provenía de aquella zona, sobre la tarde del jueves. “Dicen que ese olor era impresionante y había una ‘moscamenta’ sobre el cadáver. ¡Quién sabe si lo habrán lanzado o algo, pero esa familia duró buscándolo mucho! La verdad no es la primera vez que se encuentran cuerpos aquí en esta parte”, contó un vecino de la antigua fábrica de mármol.
Lo último que se supo de su paradero fue que “se había bajado de la moto de un chamo, que dice que él lo dejó ahí y se fue. Tenemos videos donde se ve a Yeivis caminando con el casco en la mano y eso es todo”, agregó la tía.
Aún siguen las investigaciones entorno a lo que sucedió con el muchacho. Por su parte, la familia no entiende qué ocurrió, ya que dicen que Yeivis solo se dedicaba a trabajar y velar por sus hijos. “Yeivis era un chico echado pa’ lante, muy trabajador, humilde de corazón, buen hijo y buen padre. Tenía muchas ilusiones, como un venezolano más, de salir adelante. Era un excelente padre, sus hijos lo amaban”, reiteró la tía.
En el barrio siguen pegados los carteles que evidencian la angustiante búsqueda de Yeivis. Su familia los pegó en cada poste y cada rincón. Del joven se sabe que trabajaba en Rappi y preparaba sushi. Sus hijos Sebastián y Sara, de 9 y 8 años, respectivamente, ahora lloran la inesperada ausencia de su papito.
Etiquetas:
Crimen
hallazgo
hombre
Misterio
Usaquen