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Una emergencia sanitaria emergió en la Escuela de Cadetes José María Cordova, con un brote de influenza que, hasta la fecha, ha dejado un saldo de 290 personas expuestas al virus, poniendo en alerta las estructuras de atención médica y vigilancia epidemiológica de Bogotá.
El evento, que se señala como un contagio masivo de la Infección Respiratoria Aguda Grave (IRAG), ha sido objeto de detallado seguimiento por parte de las autoridades sanitarias. El reporte más reciente del equipo de vigilancia de salud pública refleja una situación preocupante con 101 individuos manifestando síntomas de la enfermedad; 98 de ellos se encuentran en aislamiento como medida preventiva.
Gerson Orlando Bermont, secretario de Salud de la capital, enfrenta este desafío anunciando una respuesta coordinada. «La situación nos exige un esfuerzo conjunto y la utilización de protocolos similares a los empleados durante la pandemia», declaró. Ello incluye el refuerzo de medidas como el frecuente lavado de manos, el mantenimiento de la distancia social y la utilización de mascarillas.
La severidad del brote se refleja en el número de casos críticos, con dos personas actualmente atendidas en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y, lamentablemente, el deceso del alumno Cristopher Blanco Vásquez el pasado 3 de febrero en el Hospital Militar, una pérdida que ha reforzado la vigilancia del evento.
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Ante estos sucesos, la Secretaría de Salud ha desplegado equipos multidisciplinarios orientados a la búsqueda activa y aislamiento de nuevos casos. Las recomendaciones de protección se han distribuido a lo largo de la institución militar, enfocándose en la importancia de atender cualquier síntoma respiratorio con la seriedad correspondiente.
La Dirección de Sanidad del Ejército Nacional, por su parte, ha asegurado continuar la evaluación del estado de salud de los cadetes y mantener un monitoreo constante sobre la evolución del brote.
El conjunto de medidas y recomendaciones implementadas busca no solo contener la expansión del virus, sino también educar y proteger a la comunidad afectada. La situación permanece en constante evaluación y las autoridades se mantienen vigilantes ante la evolución del brote, reafirmando su compromiso con la salud y seguridad de todos los involucrados.
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