Darío Gómez, el Rey del Despecho, será eterno desde su trono. En Una Cruz, Tierra y Olvido cantó: “ojalá que cuando muera\ me despidan yo quisiera\ sin lágrimas ni dolor”, y sus fanáticos le han cumplido porque su tumba en Campos de Paz se volvió sitio de romería y peregrinaje al que llegan a diario cientos de seguidores a rendirle tributo y a tomarse fotos.
Desde que el artista fue sepultado en el cementerio, este ha vivido lo que hace muchos años no se experimentaba: de…