Roberto Altamar se convirtió en la esperanza de quienes perdieron la ilusión. En Barranquilla, personas en condición de discapacidad dicen haber conocido en el magdalenense a ese “ángel” que les permitió movilizarse nuevamente.
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Ese es su nombre completo, con un solo apellido se identifica en la cédula. Hace un lustro, cuando ya contaba con 45 años de edad, fue que vino a…