La asignación de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI), equivalente US$650.000 millones, entró en vigor este lunes. Gracias a ella Colombia recibió un monto de alrededor de US$2.800 millones y su uso será definido entre el Gobierno y el Emisor en la próxima reunión de la junta del Banco de la República.
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Dichos recursos corresponden a la asignación de DEG más grande de la historia del FMI, y que beneficiará a 190 países. El objetivo principal que estipuló la entidad con esta inyección de recursos es impulsar la liquidez mundial como una solución en medio de la crisis derivada de la pandemia de covid-19.
“El Banco de la República y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público estudian alternativas para definir el uso que se dará en Colombia a los recursos provenientes de la asignación de DEG dentro del marco institucional y legal vigente. Estas alternativas serán evaluadas en la próxima sesión ordinaria de la junta directiva del Banco de la República, que deberá tomar la decisión final”, confirmó el Ministerio a este medio.
La reunión está programada para el próximo lunes 30 de agosto.
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El uso final de estos recursos a nivel nacional continúa siendo un interrogante. Si bien el FMI ha dejado a discreción de cada país la decisión respecto de su uso, en Colombia, de acuerdo con el marco legal y los arreglos institucionales vigentes, la asignación de DEG fue recibida directamente por el Banco de la República como parte de las reservas internacionales que administra bajo su responsabilidad el Emisor.
Frente al nivel de reservas, desde el Ministerio de Hacienda se aclaró que “las autoridades consideran que incluso sin la asignación de DEG, el nivel de las mismas es adecuado para garantizar los pagos externos de la economía y apoyar el acceso del país al financiamiento externo”.
Y también que las reservas internacionales de la Nación “son reforzadas por la Línea de Crédito Flexible del FMI, que complementa los colchones de liquidez externa con las que cuenta Colombia para enfrentar choques externos adversos”. De este modo, se abre paso a dar un uso alterno a los recursos en medio de un panorama de déficit fiscal y mayores necesidades de gasto a raíz de la crisis sanitaria.
Adicionalmente, el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, comentó a este medio que “lo importante es que se ha venido haciendo un trabajo de casi un mes con el Banco de la República donde hemos estudiado en detalle cual debe ser la forma en que entre los DEG y cuál pudiese ser su utilización. Es claro que entran como reserva, y estamos buscando un camino, en el marco institucional, para definir el uso que dará Colombia a esos recursos, ya veremos en la próxima junta directiva del banco si se adopta el camino que se ha ido construyendo”.
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Desde el FMI se ha aclarado que, una vez asignados los DEG, los países pueden mantenerlos como parte de sus reservas de divisas o vender o utilizar parte o la totalidad de sus asignaciones de DEG; además, también pueden intercambiarlos por monedas de libre uso con otros países miembros.
Asimismo, los países pueden utilizar sus DEG en otras operaciones autorizadas como préstamos, pago de obligaciones, promesas o/y en operaciones y transacciones que involucran al FMI, como el pago de intereses y el reembolso de préstamos, o el pago de cuotas.
AYUDA INTERNACIONAL
Estas asignaciones del FMI se distribuyen a los países miembros en proporción a su cuotas relativas en el organismo multilateral. De acuerdo con la entidad, alrededor de US$275.000 millones se destinarán a países de mercados emergentes y en desarrollo, de los cuales los países de bajo ingreso recibirán aproximadamente US$21.000 millones, que equivale hasta 6% del PIB en algunos casos.
Hay que tener presente que los DEG funcionan como un activo de reserva internacional que pueden utilizar los países miembros del FMI, y su valor está vinculado a una cesta de monedas. Así, los DEG se asignan entre los países, quienes pueden intercambiarlos por monedas de libre uso de otros de los países miembros y de esta forma reforzar su liquidez sin incrementar su deuda.
Desde el FMI, su directora gerente, Kristalina Georgieva, destacó que “los DEG son un recurso muy valioso y son los países miembros los que tomarán la decisión sobre la mejor manera de utilizarlos”, pero enfatizó en la necesidad de que las decisiones que tomen las naciones sean “prudentes y bien informadas”.
La vocera del FMI se refirió también al esfuerzo que ha hecho la entidad para contrarrestar el impacto de la pandemia, por lo que dentro de la asignación se incluyen US$117.000 millones en nuevo financiamiento a 85 países, alivio del servicio de la deuda a 29 países de bajo ingreso, y asesoramiento sobre políticas y fortalecimiento de las capacidades para más de 175 países a fin de lograr una recuperación sólida y más sostenible.
Para amplificar los beneficios de esta asignación, desde el FMI se hizo un llamado para que los países con posiciones externas más sólidas canalicen parte de los DEG en forma voluntaria hacia los países más necesitados.
Por ello, en los últimos 16 meses, algunos países ya se han comprometido a prestar US$24.000 millones, incluidos US$15.000 millones de sus actuales DEG, al Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (FFCLP), a través del cual se otorgan préstamos en condiciones concesionarias a países de bajo ingreso.
“Esto es solo el comienzo, y el FMI seguirá trabajando con los países miembros para redoblar estos esfuerzos”, dijo Georgieva.
Además, el FMI dio a conocer que está estudiando con los países miembros la posibilidad de crear un nuevo servicio financiero, el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad, que podría canalizar DEG para ayudar a los países más vulnerables en su transformación estructural y a afrontar temas como el cambio climático.
Laura Lucía Becerra Elejalde
Twitter: @LauraB_Elejalde