En la vida moderna hay decenas de actividades que se automatizaron en los diferentes comercios, facilitando, de alguna manera, la forma de hacer las cosas.
Pero esto podría significar un cambio que, aunque parecería positivo a simple vista, tendría implicaciones que pasan desapercibidas ante los ojos de los usuarios.
Por ejemplo, en la actualidad es posible escanear un código QR para realizar las compras en el supermercado en los nuevos cajeros automáticos ‘autoservicio’, en donde ya no son necesarios los trabajadores (cajeros).
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Otro caso que es común es cuando se efectúan compras en línea y sin ayuda de un asesor que asesore o guíe el proceso de adquisición de boletos y hospedajes de hoteles. Esto aplica para todo tipo de reservas como conciertos, visitas a museos, restaurantes y demás.
Esto también ocurre, cuando se realizan transacciones bancarias desde el teléfono, bien sea para pagar un recibo de servicios públicos, tarjetas de crédito u otros requerimientos. Así como al interactuar con un chatbot, para hacer algún tipo de reclamación o si se necesita soporte técnico, entre muchos otros.
Así las cosas, las grandes compañías se están ahorrando muchísimo dinero al evitar la nómina de una persona que antes cumplía con las funciones mencionadas, y no solo eso, sino que, además, los usuarios entregan todos sus datos e información personal a estas empresas, lo cual es utilizado para generar publicidad para consumir sus productos y/o servicios.
Por su parte, el ensayista Mario Jaramillo, percibe este proceso como una forma de “servidumbre moderna”, en la cual “los usuarios trabajamos para las empresas, mientas ellas reducen personal y reducen costos”, según registró la DW.
VALENTINA DELGADILLO ABELLO
Periodista Portafolio