Mientras la Fiscalía señala al ya imputado Andrés Camilo Sotelo, este se defiende y a través de su abogado, asegura que el responsable es el escolta de la víctima, el policía Sergio Rico. Todo ocurrido en hechos que involucrarían presuntamente a dos menores de edad, una de 15 y otra de nueve años.
Las diferentes versiones que se conocen hasta el momento, incluyendo las de familiares de las niñas, coinciden en que Juan Felipe Rincón recogió a la menor de 15 años en Titán Plaza la noche del sábado y se la llevó al parecer con su consentimiento a su apartamento ubicado en la Calle 170 con séptima, donde vivía solo desde hacía cerca de dos meses. Al día siguiente, siendo las 6:30 a.m llamó a su escolta y le pidió que lo recogiera en un punto de la carrera 30 al que él llegaría con la joven.
Ambos fueron recogidos aproximadamente a las 10 de la mañana, y por petición de Juan Felipe Rincón llevados al barrio Quiroga. Pero al llegar allí, y luego de saludarse con una mujer de aproximadamente 35 años, aparecieron dos hombres, ¿entre ellos el hoy imputado, Andrés Sotelo, con perros rottweiler que se abalanzaron contra el joven. Todo ello, al parecer, en retaliación a unas conversaciones íntimas por Instagram que habían descubierto entre la sobrina de Sotelo, de nueve años, y Juan Felipe Rincón.
En ese punto es donde empiezan las principales cuestiones que quedan por resolver de lo que sucedió, porque fue ahí donde Juan Felipe Rincón recibió un impacto de bala en el corazón y los pulmones, que le produjo la muerte.
LAS ARMAS
Existen dos versiones sobre quién sería el responsable del crimen del hijo del general William Rincón. Por un lado, el escolta Sergio Rico, asegura que reaccionó cuando vio que estaban golpeando a Juan Felipe. Declaración a la que le da validez la Fiscalía.
“El escolta, estando a cinco metros, logra observar cómo estos dos hombres estaban esculcando y golpeando al hoy occiso. En su calidad de escolta se va hacia ellos diciendo ¡Alto, Policía Nacional! Y uno de esos sujetos (Andrés Sotelo) saca un arma de fuego y comienza a disparar, a lo que, en el ejercicio de sus funciones, el escolta responde”. Por esa razón, Sotelo fue imputado por los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico o porte de armas de fuego, y la Fiscalía pidió enviarlo a la cárcel.
La segunda versión corresponde a la familia de Sotelo quienes dicen que hay una relación de amistad entre las familias de las menores, de 15 y 9 años, por lo que le tendieron una trampa. “Nosotros no queríamos matar a un muchacho porque no, nadie se le va a desear la muerte, yo quería hablar con él; tal vez sí cachetearlo, porque eso no se hace, pero jamás sabíamos que iba a venir con un policía, que estaba drogado y que iba a empezar a disparar”, afirmó Katherine Sotelo, madre de la niña de nueve años en declaraciones a W Radio.
La declaración de la familia agrega que Sotelo sí tenía un arma, pero esta no servía, y, en medio de la pelea, lo golpeó en la cabeza. “Y el arma se desbarata, se le cae el tambor, por un lado, y el cuerpo del arma, por el otro. En ese momento, el patrullero se acerca, en su estado de alucinamiento, grita y apunta con su arma de dotación”. Hecho que está consignado en un informe, lo que demostraría su inocencia.
El informe analiza una pistola de fuego SIG-Sauer calibre 9 mm, con proveedor de 15 cartuchos, correspondiente al arma que entregó el escolta a las autoridades. La segunda arma de fuego incautada corresponde, según la Fiscalía, a un revólver Dan Wesson, calibre 4.5 mm.
El problema radica en que en el informe de balística no está presente la identificación de la bala que le quitó la vida a Rincón o si se encontraron casquillos de más de un arma. Aspecto por el cual y según pudo conocer Colprensa el ente investigador analiza si en el lugar pudo haberse utilizado una tercera arma que no fue entregada.
¿QUÉ PASÓ CON LOS CHATS?
Luego de ocurrido el crimen, Katherine Sotelo, la madre de la niña de 9 años a la que le escribía Juan Felipe Rincón, aseguró que ella y su familia se siente atemorizados por la Policía y temen que el caso recaiga sobre ellos y no sobre los responsables de lo ocurrido.
“Ese señor tiene mucho poder, de momento todas las pruebas están cambiándolas, las están borrando; el perfil del muchacho ya le borraron muchos TikTok que le escribían muchas niñas; están cuadrando todo, ellos tienen mucho poder”, afirmó Sotelo, quien aseguró que sus teléfonos fueron intervenidos.
Por su parte, el abogado defensor de Sotelo, Saúl León, dio a conocer que la familia de las menores de 8 y 15 años tenían chats que involucran al joven Rincón con las niñas, pero “dicen que se les borraron como si les hubieran hackeado los celulares”, indicó en diálogo con Blu Radio.
Redacción Colprensa.
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