Mauricio Hernández estaba agachado, estirando una bolsa negra plástica para poner encima los objetos de segunda que vendía en una concurrida calle del sector de María Paz, en Kennedy, cuando un sujeto con el que había tenido un altercado minutos antes llegó empuñando un machete en su mano derecha.
Después de que el sujeto lo llamara e insultara, Mauricio se levantó, se acercó a él para defenderse, pero a cambio el individuo le propinó dos mortales heridas en el cuello y la cabeza, lo que hizo que el hombre de 35 años se desplomara en la mitad de la calle, delante de varios recicladores y vendedores informales.
En el suelo de la vía todavía permanece la sangre que perdió Mauricio, de nacionalidad venezolana, y en la zona ronda el silencio cómplice de quienes fueron testigos del atroz crimen que se registró la mañana de este viernes.
“Yo no me encontraba en el momento en que pasó todo, pero una señora que vende tintos dijo que se habían peleado por una plata. No sé si fue que el tipo vino a comprarle o a venderle algo al venezolano, y por la diferencia de dinero el tipo lo mató”, le dijo a Q’HUBO una vendedora informal de la zona.
Las autoridades no han capturado al responsable de este hecho, a pesar de que la comunidad lo conoce y lo identifica, pues es reconocido en la zona. En la mañana de ayer se encontraban recolectando los videos de las cámaras de seguridad para poder reconstruir lo ocurrido.
Machete y muerte
Eran las 6 de la mañana de ayer cuando la muerte llegó a rondar la transversal 81 G Bis con diagonal 38 Sur, vestida de reciclador.
Cuentan que la víctima le debía 5 mil pesos a su verdugo, y cuando este fue a cobrarle, iniciaron una riña. Todos pensaron que iba a quedar en insultos, pero el homicida no quería quedarse con la espina y se fue a conseguir el arma con la que terminó arrebatándole la vida al vendedor.
“El tipo se fue. Todos pensamos que había terminado la pelea ahí, pero como a los cinco minutos volvió y ya tenía tremendo machete, y comenzó a propinarle las heridas con sevicia.
“Nos dio mucho miedo y no nos metimos porque podíamos salir pagando por pelea ajena”, manifestó un reciclador, testigo del hecho.
Después de que Hernández se desplomó en el suelo, los testigos observaron cómo su verdugo se alejaba tranquilamente con el machete en la mano, que escurría todavía gotas de sangre de la víctima.
De inmediato lo alzaron entre varios y lo llevaron cargado hasta el Cami de Patio Bonito, ubicado a tres cuadras. Allí el hombre llegó sin signos vitales y la noticia de su deceso fue conocida en la puerta del centro asistencial.
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