Tras varias idas y vueltas, la licitación que adelantaba el Ministerio de Relaciones Exteriores para el suministro, formalización y distribución de pasaportes finalmente se hundió.
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Luego de que la adjudicación del contrato, contaba con un presupuesto de 599 mil millones de pesos, se tuviese que aplazar al menos tres veces, la Cancillería tomó la decisión de declarar desierto el proceso.
Anteriormente, el trámite fue puesto en pausa por denuncias en torno a un supuesto favorecimiento al actual contratista y único oferente: Thomas Greg and Sons. La última se presentó el pasado 05 de septiembre, cuando Leyva solicitó un plazo para revisar documentos, alertas de la Procuraduría y Contraloría, demandas y riesgos legales para tomar una determinación.
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La situación ha llamado la atención, no solo por los contratiempos que se presentaron a lo largo del trámite, sino por el riesgo de que se generen inconvenientes en la expedición de pasaportes en el país
De hecho, el próximo 02 de octubre se vence el otrosí (extensión del actual contrato de fabricación de pasaportes) que se hizo con el grupo Thomas Greg, el cual no se seguirá prolongando.
Entonces, ¿qué pasará ahora?
Con el hundimiento del proceso no se realizarán más etapas para adjudicar el proyecto, por lo que el Gobierno tendrá que dar inició a una nueva licitación para cumplir con ese objetivo.
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