Vestidos como todos unos ejecutivos y con un parlamento de convencimiento, un hombre y una mujer, se hicieron pasar como trabajadores de concesionarios de autos y realizaron ventas por $297 millones sin que estos tuvieron el inventario de los vehículos.
Por catálogos y portafolios, convencían a las personas a quienes llevaron a consignar el dinero en una cuenta bancaria con la promesa de entregar el carro en una fecha determinada.
Se cumplía el día pactado, pero los sujetos no realizaban la entrega y no volvían a contestar los celulares ni se dejaban ubicar en Villavicencio y Puerto López, donde embaucaron a las víctimas.
El hombre y la mujer quedaron con medida de aseguramiento por los delitos de estafa agravada en masa, tras ser capturados en diferentes sectores por el CTI en Villavicencio.
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