Por: Andres Quintero
Campesinos, víctimas del conflicto y jóvenes, se unieron para reactivar la economía, con el tomate de invernadero en Ubalá, Cundinamarca.
45 familias se han unido en busca de nuevas oportunidades de vida, con el objetivo de que Ubalá se convierta en uno de los mayores productores de este fruto en la provincia del Guavio.
Y es que en Ubalá, el cultivo de tomate de invernadero se ha convertido en un símbolo de esperanza para decenas de campesinos, víctimas del conflicto, jóvenes emprendedores y personas de la tercera edad.
Tal ha sido el éxito de su asociación que semanalmente se envían entre 3 y 12 toneladas a las mayores centrales de alimentos de la ciudad de Bogotá.
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Además se han gestionado importantes proyectos internacionales que contemplan la exportación y una mayor tecnificación de los terrenos.
Un ejemplo de ello se da con República Checa, país europeo que ha decidido apoyar un novedoso sistema de riego propuesto por estas familias para sus invernaderos.
Juan Beltrán, directivo de AgroPujanza manifestó “El tomate para nosotros es como la esposa o los hijos, porque uno se enamora de estas plantas, de este fruto que nos ha traído un nuevo estilo de vida y oportunidades”.
Finalmente Beltrán sostuvo “En el tema asociativo tenemos muchos recursos, excelentes ayudas y contamos con la participación 100% del alcalde de Ubalá”.