Caminando por las oscuras calles que recorría a diario, Jhoan Sebastián Santana Soler acababa de cruzar la esquina de la panadería Las Bruselas, del barrio Antonio José de Sucre (Usme), cuando sin darse por enterado unos sujetos se aproximaron para matarlo.
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Fueron tres tiros los que tronaron con la fuerza imparable del plomo y perturbaron la frágil paz de los habitantes de este barrio que vieron morir al muchacho. Santana es el segundo joven baleado en menos de un mes en el mismo lugar por un presunto ajuste de cuentas.
Alarmados se encuentran los vecinos de la cuadra de la calle 106B con carrera 5, por el asesinato del joven vecino de apenas 21 años, quien fue baleado a pocas casas de su hogar, la noche del miércoles.
Atentado a tiros
El silencio reinaba en las inmediaciones del parque Villa Alemana. A las 8:30 de la noche ya no había ningún local abierto. “Por aquí no hay ninguna tienda abierta después de las 8, pero como yo vivo aquí arriba, logré escuchar tres tiros. Los tipos salieron corriendo y se perdieron por la bajada del parque, luego llegó la policía”, narró ayer un comerciante de la cuadra.
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Según los curiosos que se asomaron a observar lo ocurrido, el joven habría sido auxiliado por una patrulla de la policía. “Quedó botado boca abajo. Entre los oficiales y alguna gente de por aquí lo subieron al carro y se lo llevaron al Hospital de Meissen”, agregó otro vecino frente al lugar de los hechos.
Una vez en el hospital, las esperanzas de salvarle la vida se disiparon en el instante en el que Santana soltó un último suspiro por la gravedad de los tres impactos recibidos en su cuerpo, dejando este mundo, y en él a su pequeño hijo de no más de 2 años.
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Calle peligrosa
La consternación crece en este barrio del sur de la capital, pues ya es el segundo joven abatido en menos de un mes. El miércoles 28 de abril otro joven de 26 años fue baleado en la misma calle, a dos cuadras de donde fue ultimado Santana.
Esto por aquí se está calentando, ya han matado varios pelados y no se sabe si andan en malos pasos o están siendo fichados por bandas delincuenciales. Es preocupante”, comentó una vecina con un lamento.
Las autoridades han podido verificar las cámaras de seguridad, donde quedó registrado el momento del ataque, y se encuentran tras los responsables. Sin saber a ciencia cierta por qué han ocurrido estos asesinatos, se presume que ambos fueron un ajuste de cuentas por la manera en la que fueron perpetrados los crímenes.
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Después de su muerte, familiares de Jhoan lamentaron la pérdida, y encomendaron su espíritu: “Dios lo tenga en cielo”, comentaron poco después de la fatalidad.
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