Durante una tarde de música, color y tradición, se realizó el cierre del programa de fortalecimiento cultural del Cabildo Indígena El Almendro, un proyecto desarrollado en alianza con Cerro Matoso en esta comunidad vecina del proyecto Queresas y Porvenir.
Bajo un cielo despejado y con el eco de tambores resonando en el aire, El Almendro se convirtió en un escenario vibrante, donde niños, jóvenes y adultos celebraron con orgullo el legado de sus ancestros. La música de pitos y tambores, interpretada por un grupo de jóvenes, dio inicio al evento, transportando a los asistentes a las raíces más profundas de la cultura Zenú.
“Es un día muy especial para nosotros,” afirmó Breiner Flórez, gobernador del Cabildo Indígena El Almendro. “Este programa ha sido un regalo para nuestra comunidad, una oportunidad para preservar nuestra historia y transmitirla a las nuevas generaciones.”
El proyecto, que se desarrolló a lo largo de varios meses, abarcó tres dimensiones: pitos y tambores, donde jóvenes y adultos aprendieron a dominar los instrumentos tradicionales; artesanías, un espacio liderado principalmente por mujeres que rescataron técnicas ancestrales, promoviendo el emprendimiento femenino; y pintura, una actividad dirigida a niños que usaron el arte como herramienta para expresar su identidad cultural.
Los asistentes a la clausura fueron testigos de una emotiva exposición de pinturas creadas por los niños, cuyos colores y formas narraban historias de su tierra, su gente y su cultura. Al otro lado del escenario, las artesanas exhibían sus creaciones, cada pieza un testimonio del amor y la dedicación con que se han transmitido estas habilidades de generación en generación.
“Este proyecto nos deja mucho más que conocimientos,” señaló Eliana Hoyos, profesional social de la Fundación Mundo Alegrías, encargada de las formaciones. “Fortalecimos el emprendimiento femenino, la integración como cabildo, las relaciones sociales y, sobre todo, rescatamos nuestras raíces Zenú. Esto no habría sido posible sin el apoyo de Cerro Matoso”.
Al final de la tarde, un grupo de niños interpretaron una danza tradicional. Sus movimientos, llenos de gracia y orgullo, provocaron una ovación de aplausos, familiares y vecinos emocionados por el significado detrás de cada paso: la continuación de una herencia cultural que día a día se hace más fuerte.
“La cultura es la fuerza que nos une como comunidad”, concluyó Breiner Flórez, gobernador del Cabildo Indígena El Almendro. Una fuerza que, gracias a este proyecto, seguirá viva en los tambores, las manos de las artesanas y la creatividad de los más pequeños del Cabildo El Almendro. Sin duda, esta tarde será recordada como un hito en la historia de esta comunidad, un tributo al pasado y una promesa de un futuro enraizado en el orgullo Zenú.
