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En Apía encontramos el caficultor más joven del país

Foto: Juan Camilo, rodeado por el Profesor Yarumo; Isabella Bermúdez, Reina Internacional del Café, y Juan Valdez.

En momentos en que las fincas se están quedando solas por falta de un relevo generacional, personaje es un ejemplo del interés de los jóvenes por las actividades del campo

 

Óscar Osorio Ospina

 

Juan Camilo Londoño Cardona es, posiblemente, el caficultor más joven de Colombia. Tiene solo 22 años, pero desde hace cuatro asumió la responsabilidad del manejo de la finca cafetera que medio siglo atrás comenzaron a cultivar sus abuelos en la vereda Buenavista de Apía (Risaralda).

A Juan Camilo lo encontramos en la cuarta versión de la Calle del Café que se realizó el pasado fin de semana en la denominada la villa de los vientos, y en la cual participó con un café de especialidad con más de 84 puntos de calificación en taza. Y aunque este joven cafetero no se alzó con ningún título en esta competencia, sí fue reconocido por ser uno de los más jóvenes participantes.

El stand donde estaba ubicado junto con una amplia muestra del café de alta calidad que produce en su finca, fue visitado por Juan Valdez y por el Profesor Yarumo, quienes llegaron acompañados por la Reina Internacional del Café, Isabella Bermúdez, para tomarse la foto oficial.

Foto: Juan Camilo, rodeado por el Profesor Yarumo; Isabella Bermúdez, Reina Internacional del Café, y Juan Valdez.

La historia de Juan Camilo Londoño, como decíamos, es un ejemplo para muchos jóvenes cafeteros que abandonan los predios cafeteros que con tanto esfuerzo levantaron sus abuelos y sus padres para ir a buscar fortuna en las grandes ciudades.

A los 18 años, decidió ponerse al frente de las labores agrícolas en la finca Los Ángeles, la cual fue adquirida hace 50 años por sus abuelos Libardo Londoño y Aracelly Pulgarín, quienes cumplen 91 y 80 años, respectivamente, y residen en el casco urbano de Apía.

La propiedad fue heredada por el padre de Juan Camilo, quien hace 13 años decidió radicarse en el exterior, en donde permanece con su esposa y una hija menor.

Pero, a la par con estas obligaciones, este joven decidió prepararse profesionalmente para obtener un mejor provecho de los frutos de la tierra. En la actualidad está cursando la carrera de ingeniería agronómica en la Universidad de Santa Rosa de Cabal -UNISARC-, así que reparte su tiempo entre las labores académicas y las tareas del campo.

Al ser preguntado porqué decidió a tan temprana edad convertirse en caficultor, Juan Camilo respondió con toda seguridad: “Porque pienso que no podemos perder las tradiciones que hemos tenido como familia y debemos seguir impulsando el patrimonio que han ido construyendo nuestros padres. Es muy importante seguir apropiándonos de lo que ya tenemos, de lo que han sembrado y cultivado nuestros padres y nosotros mismos, para seguir -obviamente- mejorando todo y sacando adelante nuestra empresa”. Así que mientras está de vacaciones, Juan Camilo permanece en la finca de lunes a viernes y cuando está ocupado en temporada de estudio, le dedica a ella todos los fines de semana.

Y no es para menos puesto que en Los Ángeles tiene sembrado café y plátano, pero la idea es también cultivar maíz. “En el momento manejamos un sistema agroforestal donde integramos árboles forestales con los cafetales para que brinden un interesante porcentaje de sombrío que puede resaltar los atributos del café. Adicionalmente utilizamos algunas especies como los guayacanes que son caducifolios que aportan mucha materia orgánica al suelo y los guamos que captan nitrógeno”, explicó.

La gran apuesta de Juan Camilo en su finca de Los Ángeles apunta a los cafés de especialidad. En el momento está cultivando allí matas de variedad Castillo y Colombia, el cual es tostado para ser vendido por libras, bien sea en grano o molido.

“Hasta ahora solo hemos manejado el tema de lavados, hemos hecho fermentaciones de 48 horas, que incluye 24 horas de fermentación previa en cereza y luego procedemos a despulpar el café y a fermentar otras 24 horas, para proceder al secado. A futuro, lo que queremos es seguir incursionando en café de especialidad con el manejo de otros procesos natural y honey, sembrar variedades exóticas como Geisha y Borbón para seguir mejorando en cuando a la calidad del café”, anota Juan Camilo.

El café que se produce en la finca Los Ángeles se expende en el mercado local, pero también ha incursionado en materia de exportaciones, aprovechando la presencia en Australia de un allegado a la familia, el cual está comercializando el producto en ese país, aunque las proyecciones son las de ampliar el espectro de las exportaciones aprovechando el auge que los cafés de especialidad de Colombia están alcanzando en el planeta.

Pero quizás lo más importante de la labor que cumple Juan Camilo Londoño tiene que ver con el relevo generacional en las fincas cafeteras de Colombia, para que nuestro país siga ocupando esa posición en el mundo como productor del mejor café suave.

De ahí el mensaje que desde las tierras apianas les hace a las nuevas generaciones: “Mi llamado a los jóvenes es que nos apropiemos del campo, en el campo si hay futuro y no pensar simplemente en ciudad, porque sin campo tampoco hay ciudad. No podemos olvidar el campo, seguir sacando adelante todos los proyectos productivos agrarios, para tener un mejor futuro. En el campo sí se puede salir adelante, hay muchas oportunidades”.

Con el convencimiento de quien sabe que está haciendo las cosas y con la certeza de que ser caficultor es una actividad digna de orgullo, Juan Camilo insiste en que los jóvenes vuelvan al campo: “Tenemos que hacer un relevo generacional y no perder las tradiciones tan bonitas que hemos heredado de nuestros abuelos y nuestros padres. Tenemos que seguir impulsando la caficultura e impulsando el café de especialidad que es lo que aumente la rentabilidad”.

Y con una seguridad propia de una persona de mayor edad, a sus 22 años este joven caficultor resume en pocas palabras los sentimientos que le genera su labor como cafetero colombiano: “Me siento feliz y muy contento en estas labores”.

Relevo generacional en el campo

Un estudio realizado en el 2016 por la ONG Plataforma de Comercio Sostenible estableció las cinco principales causas que han determinado el abandono de la caficultura por parte de los jóvenes, lo que dejó en evidencia que no hay un relevo generacional efectivo y que los cafeteros son cada vez más viejos. Las causas por las cuales los jóvenes ya no se ven en las zonas rurales porque se han ido a buscar oportunidades en las ciudades, son: trabajo difícil y poco atractivo, por ley no hay posibilidad de que los menores de edad puedan trabajar en las fincas, baja remuneración, oferta educativa poco útil e inequidad en la división de la tierra. El estudio relaciona también una cifra del Censo Nacional Agropecuario del Dane, la cual indica que en el país hay alrededor de 2,7 millones de productores agrícolas, solo el 21 % de las personas que viven en el campo corresponde a menores de 35 años. Para atraer los jóvenes al campo, el estudio indica que las claves son la tecnología y la rentabilidad.

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Written by jucebo

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