De pie, mirando la oscuridad y el cielo despejado, en el que se podían ver con claridad las estrellas, un hombre sacó un cigarrillo que tenía en el bolsillo de su pantalón, lo encendió y se quedó en medio del lote baldío perdido en sus pensamientos. El reloj marcaba las 11 de la noche de este miércoles.
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La escena fue interrumpida por la presencia de dos sujetos, quienes al llegar y abordar al hombre que estaba de pie y solo, le dispararon a quemarropa para cerciorarse de que las balas ingresaran a su cuerpo y le pusieran fin a su vida.
Dos disparos retumbaron en la zona y alertaron a los residentes del barrio San Mateo, en el municipio de Soacha, de que la muerte estaba rondando muy cerca de sus hogares. Una vecina, llevada por un mal presagio, fue la que llamó a las autoridades para reportarles las detonaciones que habían escuchado.
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Minutos después, una patrulla de la Policía llegó a la zona boscosa y encontró en medio del pastizal el cadáver de un hombre, bocabajo y sangrando por la cabeza y el cuello. En el momento en que verificaron si respiraba, se percataron de que ya no tenía pulso.
Escuchamos los disparos, que fueron seguidos. Ya sabemos que aquí la gente no dispara al aire, y menos tira pólvora un miércoles en la noche, por eso desde que se escucharon los ruidos sabíamos que le habían disparado a alguien y lo que hicimos fue no salir por temor, aquí es muy oscuro después de las 6 de la tarde. A las pocas horas nos enteramos de que habían encontrado a un muerto en el lote”, le manifestó a Q’HUBO una residente de la zona.
De los sicarios no se sabe nada, pues solo una vecina se percató que dos personas de contextura delgada y altas corrían por el pastizal, pero por la oscuridad no logró identificarlas. Además, en la zona no hay cámaras de seguridad que puedan dar un retrato de los homicidas.
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Crimen en el pastizal
Al parecer, la víctima había salido de su casa de afán minutos antes de que lo asesinaran, o no hay otra explicación para que las autoridades no le hubieran hallado documentos de identidad ni objetos que pudieran dar con su nombre o el lugar donde vivía.
Dicen que el hombre, de aproximadamente 25 años, había llegado diez minutos antes a este lugar solo, por lo que las autoridades presumen que sus verdugos sabían que a esa hora iban a encontrarlo solo en esta zona boscosa y solitaria, la cual fue el escenario propicio para arrebatarle la existencia.
No sabemos si el muchacho era de por aquí, pero la verdad es que los que se meten ahí a altas horas de la noche es para drogarse o hacer cualquier cosa menos algo bueno. Suponemos que los que vinieron a matarlo sabían que iba a estar ahí, además porque no lo llamaron ni nada, incluso solo se oyeron los tiros”, añadió un vecino.
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El asesinato se perpetró a la altura de la Carrera 9 Este con Calle 29. Los negocios aledaños a esta dirección estaban ya cerrados y sus habitantes permanecían en el calor de sus hogares, por lo que de este crimen no hay testigos.
Lo único que se conoció por parte de las autoridades es que, presuntamente, el hecho estaría relacionado con un posible ajuste de cuentas relacionado con temas de microtráfico.
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