Esta semana cierra con el dato consolidado de la inflación para el 2024 que, según las cuentas del Dane, finalmente quedó en 5,2% en su variación anual, un dato esperado por los economistas y que si bien marca el ritmo desinflacionario que mostró este indicador durante todo el año pasado, todavía proyecta riesgos hacia el futuro.
En una primera revisión el equipo de Investigaciones Bancolombia destaca que este resultado fue superior a la expectativa del consenso de analistas, que esperaban una cifra cercana a 0,4% mensual, y levemente inferior a su expectativa de 0,5%; manteniendo a los servicios como el segmento que más aporta al registro total.
Más noticias: ‘Inauguro el nuevo periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia’: Maduro
“Si bien la indexación continúa siendo el principal reto para lograr una convergencia más rápida hacia el objetivo de inflación del Emisor de 3%, lo cierto es que el registro de diciembre sugiere que habrá presiones moderadamente alcistas en algunos bienes y servicios regulados también por cuenta de la mayor devaluación”, explicaron.
Por otra parte señalaron que la inflación de alimentos continuó su tendencia alcista como resultado de una aceleración en perecederos y procesados, ya que en el período reportado se observó una inflación mensual de 0,52% en alimentos, consistente con un avance anual que pasó de 2,3% a 3,27% entre noviembre y diciembre.
“Este registro fue levemente inferior a lo que históricamente se observa en este mes (0,69%), gracias a la dinámica del grupo de perecederos. Si bien los procesados exhibieron un avance por debajo de lo usual para diciembre, su aceleración sumó en el agregado”, dice este equipo de economistas.
En otros elementos revisados, los datos del Dane pusieron sobre la mesa que la inflación anual de bienes se mantuvo estable, dejando atrás la tendencia de desaceleración de los últimos dieciséis meses.
Lea también: Los jóvenes en Colombia estarían dejando de renunciar rápido a los trabajos
“El resultado estuvo explicado por el aumento en los precios de la cerveza y el refajo (0,65%), los vehículos (0,23%), los artículos en oro y plata (2,01%), los productos de limpieza (0,13%) y las prendas de vestir para hombre (0,22%). Los regulados completaron doce meses de desaceleración en la inflación anual”, dijeron en Bancolombia.
Acá también hay que destacar que los regulados completaron 12 meses de desaceleración en la inflación anual y la métrica anual de inflación se redujo desde el 7,6% hasta el 7,31% en diciembre, el nivel más bajo desde finales de 2021. No obstante, la inflación mensual fue de 0,72%, notablemente por encima del promedio histórico para el mes (0,39%), debido al avance de las tarifas de electricidad, que crecieron 2,54% mensual.
El reto del estancamiento
Aunque el balance de inflación para diciembre y general de todo el 2024 fue celebrado por la mayoría de los expertos, dado que se cumplió la primera meta de las autoridades monetarias, de mantener a la baja el costo de vida, en el mercado se mantienen las voces de alerta que piden mantener los esfuerzos para superar el estancamiento.
En primer lugar, María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, dice que la caída en el costo de vida, más aún en renglones como los alimentos, es algo bueno para el país, ya que mejora el poder adquisitivo de los hogares y contribuye el crecimiento de la economía hacia adelante.
Información relevante: Por qué el aumento en el salario mínimo golpea a los compradores de vivienda VIS
“No obstante, es fundamental sostener esta trayectoria en 2025, considerando factores como la posible devaluación del peso, fenómenos climáticos, el precio de los combustibles y el alza del salario mínimo, que podrían ejercer presión inflacionaria. El año debe estar acompañado de mensajes claros y acciones que generen confianza, impulsen la inversión y reactiven la economía”, dijo Lacouture.
Además del estancamiento, los expertos coinciden en que las posibles alzas o ralentización de la caída se podrían dar por factores como un efecto modesto del fenómeno de La Niña arrancando el 2025, la elevada indexación, la devaluación, el ajuste del salario mínimo superior a la inflación de fin de año y los impactos que la situación geopolítica internacional tenga sobre la cadena de suministros.
Debido a esto, resaltan que será clave monitorear la evolución de la inflación del rubro de arriendos, así como el impacto indirecto del ajuste del precio del ACPM en diciembre y el aumento del salario mínimo.
Atención del Emisor
arolina Monzón, gerente de investigaciones del Banco Itaú, agregó que no hay duda de que el proceso desinflacionario se estancó en diciembre y que debido a esto, su estimación preliminar para el IPC de enero, que se publicará el 7 de febrero, se sitúa entre el 0,9% y el 1,0%, con lo que la inflación anual volvería a mantenerse en un elevado 5,2%.
“El avance del proceso desinflacionario se verá limitado por un aumento del salario mínimo superior al previsto (+9,54% nominal, +4,34% real), lo que incrementará las presiones de indexación de los precios, dando lugar a un sesgo al alza de nuestra previsión del 3,7% para final de año”, dijo la analista.
Con todo lo anterior, Monzón precisó que “mayores presiones de indexación, unidas a unas condiciones financieras mundiales más restrictivas, podrían llevar a la Junta del Banco Central a mantener una postura prudente en la próxima reunión de la Junta el próximo 31 de Enero, con un pequeño recorte de 25 puntos básicos, o incluso una pausa”.
Por último, no hay que olvidar que la Junta del Banco de la República ha sido explícita en los riesgos alcistas que enfrenta el proceso de convergencia inflacionaria, lo que soportó la moderación en el ritmo de recortes de la reunión de diciembre y debido a esto no es descabellado pensar que de ahora en adelante se revisará con cuidado el camino que marque la inflación y la materialización de los efectos de los riesgos alcistas mencionados.
No obstante, con el panorama actual de la economía, se descartan fuertes repuntes en el corto y mediano plazo y se espera que poco a poco se retome el ritmo de caída, para alcanzar el rango meta del Emisor a finales de este año o comienzos del 2026.