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En el año 1975 el gobierno colombiano abre la licitación para la explotación carbonífera y la empresa que fue seleccionada fue Intercor, filial de Exxon Corporation y la empresa se instaló en Barranquilla al igual que las contratistas, porque en La Guajira no había condiciones.
Hace 35 años Dangond Uribe, Superintendente de Relaciones Públicas de Intercor dijo a los guajiros que Riohacha no contaba con infraestructura (hoteles, colegios con alto nivel para hijos de directivos y clubes sociales). En esa oportunidad se abrió una oficina en la capital de La Guajira, a cargo de una señora con teléfono que recibía a proveedores, pero siempre lo que necesitaban lo compraban en Barraquilla y allí permanecieron 30 años.
En el año 2005 el presidente de ese entonces, Alberto Calderón Zuleta decide trasladarla a la capital del país y hoy 17 años después deciden retornar a Barranquilla, así lo hicieron saber a través de un comunicado. A estas alturas del camino, La Guajira tiene la infraestructura y la conectividad requerida para que la empresa se traslade a la tierra en donde explota el mineral.
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La Guajira Hoy ha invitado a importantes personalidades para conocer sus reacciones en torno a esta decisión que ha tomado la empresa; ellos son, el presidente de la asamblea de La Guajira, Miguel Felipe Aragón González; el abogado, Lácides Toro Ávila; el economista, Cesar Arismendi Morales; el ingeniero industrial Edgar Ojeda; el dirigente político, José Durán Rodríguez; el alcalde de Hatonuevo, Luis Arturo Palmezano; los candidatos a Cámara de Representantes, Idelfonso Medina Romero y Miguel Pitre Ruíz.
El alcalde de Hatonuevo, Luis Arturo Palmenzano manifiesta que, “los guajiros necesitamos beneficiarnos más, que esas sedes administrativas pueden y deben quedar en La Guajira así como la Drummond en Cesar tiene sus oficinas administrativas allí en Valledupar aquí también podemos tenerla en cualquier municipio de La Guajira, porque tenemos conectividad”.
El candidato a Cámara de Representantes, Miguel Pitre lamenta la decisión de la empresa Cerrejón “que continúa siendo una empresa de puertas cerradas, de espalda a la gente. La transparencia en el desarrollo de los procesos y la sostenibilidad de los mismos también pasa por tener una oficina de atención y ayuda a la ciudadanía que permita un intercambio real de atención, respuesta y acompañamiento a la ciudadanía sobre todo a la que está en el area de influencia de los proyectos. Es paradójico, somos un departamento rico donde los ricos no quieren quedarse”.
Para el abogado riohachero, Lácides Toro Ávila “es una infausta noticia que va en detrimento de los derechos de los guajiros, porque Cerrejón es nuestro, no es de los gringos, no es de los cachacos ni de los barranquilleros. Debemos convocar al pueblo para protestar para que Cerrejón no siga atropellado nuestros derechos”.
Asimismo, el candidato a Cámara de Representantes, Idelfonso Medina dijo que se sentía indignado por la aptitud de la empresa Cerrejón en su regreso a Barranquilla y no llevar sus instalaciones a La Guajira, «demuestran con ello un menosprecio a la tierra donde se ha desarrollado el proyecto que les generado inmensas ganancias, como dirigente político y guajiro raizal dejo sentada mi protesta”.
A su turno, el ingeniero Industrial Edgar Ojeda asegura que, “la torta se pasea de un lugar a otro, pero jamás ha sido pensada para posar por un instante en su lugar de origen. Todo se ha consumido ante la pasividad, indiferencia, incompetencia y complicidad de la dirigencia política de este territorio, y la misma actitud del pueblo guajiro. Pareciera que, estamos condenados a merecernos el destino que tenemos”.
El presidente de la asamblea de La Guajira, Miguel Felipe Aragón González, invita a Cerrejón a que contemple la posibilidad de establecer sus oficinas en La Guajira. “Nuestra capital es una ciudad que cuenta con recursos logísticos suficientes para garantizar su operación, con la ventaja de estar tan sólo a unos cuantos kilómetros de la mina, de la línea férrea y del puerto”.
Igualmente, el dirigente político José Durán Rodríguez dice que “los guajiros esperamos que la multinacional entienda que en el pasado carecíamos de infraestructura y conectividad, pero hoy, las condiciones que tenemos en La Guajira son diferentes y en nuestro entender no existe razón alguna para que la empresa desconozca cómo hemos crecido y en el departamento necesitamos de ella”.
Por último, el economista, Cesar Arismendi Morales precisa que, “empresa el Cerrejón no improvisa. Prepara el cierre de operaciones en 2032 desde el 2008. La decisión de relocalizar la administración en Barranquilla, ha sido planificada. Espacio de tiempo que la empresa que participa en la Comisión Regional de Competitividad, debería haber aprovechado con determinación para definir compromisos institucionales y crear condiciones y reasentarse en La Guajira.
Nuevamente la empresa pierde la oportunidad estar en el ADN del cariño, respeto y admiración de los guajiros. La Guajira, buena para explotar RN y mala para invertir socialmente y residir en ella. Cuando más se necesita, queda claro que el compromiso con la región en tiempos del covid-19, no trasciende el discurso”.