Ni el video de la salvaje agresión que Julián Mateo Molina le causó a un hincha de Independiente Santa Fe la noche de este martes en el Estadio El Campín, ni los señalamientos de varios seguidores del equipo rojo, que dieron al joven barra brava de Atlético Nacional como uno de los delincuentes que agredió al público, fueron suficiente para que quedara privado de la libertad.
Sobre el mediodía de este miércoles, al término de la reunión que sostuvo esta mañana la Comisión de Seguridad y Convivencia en el Fútbol, en la que participaron autoridades locales y dirigentes de equipos de fútbol y la Dimayor, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, le informó a la ciudadanía que el agresor se había entregado.
El video en el que aparece dándole patadas en el piso a Édison Romario Ducuara, hincha del ‘Rojazo’ de 26 años, quien tuvo que ser trasladado a la Clínica Méderi, donde le diagnosticaron trauma craneoencefálico moderado y fractura de nariz, y de donde le dieron de alta esta tarde, puso en la palestra pública al agresor.
Así fue llevado por la presión que existía en su entorno, Molina decidió dar la cara ante las autoridades. Pero lo inaudito vino horas después, ya que hace pocos minutos se conoció que el hombre fue dejado en libertad. La razón que tuvieron las autoridades para no retenerlo es que sobre el no pesa una orden de captura ni fue detenido en flagrancia.
El joven agresor deberá estar pendiente y comparecer en caso de ser requerido por la justicia. Lo cierto es que este no es el primer delito cometido por Molina Fonseca, pues según se dio a conocer, ya cuenta con un prontuario.
Sobre él pesa una acusación por el delito de homicidio agravado, ocurrido en noviembre pasado. En su momento se hizo la legalización de captura pero el proceso se mantiene estancado, aunque permanece activo y el asunto avanza en el juzgado.
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