La situación en el municipio de Uribia, La Guajira, se ha convertido en un motivo de preocupación y desesperanza para las comunidades que dependen del programa de Pilotaje del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar Icbf. El mal estado de los alimentos entregados, en particular los huevos, ha desatado una oleada de reclamos que pone en tela de juicio la eficiencia del operador encargado de suministrar estos alimentos y que cree que lo encontrado en el basurero sean de este programa.
Una escena que causa indignación
En un video recibido en nuestra sala de redacción, se evidencia una acumulación de huevos en avanzado estado de análisis en un basurero satélite de Uribia. El olor putrefacto que emanan estas ayudas en revisión refleja no solo un manejo inadecuado, sino también un posible incumplimiento en la entrega oportuna y en condiciones aptas para el consumo humano.
Las imágenes han generado indignación entre los habitantes, quienes aseguran que esta problemática es recurrente y se ha normalizado hasta el punto de que encontrar huevos podridos en la basura es una escena común en día vivir de los uribieros.
La comunidad se manifiesta
La comunidad ha señalado directamente al operador del programa como el responsable de esta situación. Según testimonios, los paquetes alimenticios, que incluyen huevos y granos, suelen llegar en condiciones deplorables. «Entregan los huevos podridos y los granos llenos de gorgojos, un acto que es una falta de respeto para los niños y sus familias se están afectando”, indicó un beneficiado, que pidió omitir su nombre.
Aunque el programa Pilotaje del Icbf busca fortalecer el cuidado comunitario y garantizar los derechos de la infancia y las familias Wayuu, la ejecución parece estar lejos de cumplir con estos objetivos. La comunidad no culpa al Icbf ni al gobierno directamente, sino a quienes son contratados para gestionar el programa. «Ellos presentan fotos falsas como evidencias de entrega, mientras las ayudas terminan dañándose o en los basureros», afirmó otro residente con visible frustración.
La sombra de la negligencia
Este no es solo un problema de negligencia en la entrega. Las familias también cuestionan la falta de control y supervisión por parte de las autoridades. «Es un negocio tremendo. Los huevos no vienen en buen estado y, si no se dañan al día siguiente, es a los dos días»,
Las quejas no solo reflejan tristeza por la pérdida de alimentos que deberían beneficiar a los más vulnerables, sino también una profunda desesperanza. Las comunidades Wayuu, ya enfrentándose a innumerables desafíos como la extrema pobreza y la desnutrición, ven cómo las ayudas destinadas a mejorar su calidad de vida terminan desperdiciadas o en los basureros satélites.
Urgencia de acciones concretas
La situación exige respuestas inmediatas. Las autoridades competentes deben investigar a fondo lo que ocurre con la cadena de suministro del programa, desde la calidad de los alimentos hasta la logística de entrega. Es necesario implementar medidas correctivas para garantizar que las ayudas lleguen en buen estado y cumplan con su propósito de mejorar la vida de las comunidades, en este caso a los pobladores de Uribia y sus corregimientos.
Se pronuncia el Icbf
En el marco de la atención integral al pueblo Wayuu, May Bellini Badillo Brito, directora (e) del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en La Guajira manifiesta que, la entidad lleva a cabo un riguroso proceso de inspección para garantizar la calidad de las raciones familiares entregadas. Antes de distribuir los alimentos, un equipo especializado revisa las condiciones de sanidad en las bodegas de almacenamiento, evaluando aspectos como humedad.
Garantías en la calidad de los productos
La Alta funcionaria dijo que, el Icbf también verifica cada detalle de las raciones familiares para preparar (RFP), asegurándose de que cumplan con las minutas aprobadas, el gramaje adecuado y la calidad de productos como agua y huevos. Solo después de estas inspecciones, las unidades ejecutoras pueden proceder con la distribución a las familias priorizadas en municipios como Uribia, Riohacha, Manaure y Maicao, según lo estipulado en la sentencia 302.
Mecanismos de denuncia y denuncia
Además de las inspecciones, el Icbf cuenta con líneas de atención como la 01-8000-918080 y un correo anticorrupción, donde las comunidades pueden presentar denuncias sobre irregularidades. Asimismo, se han conformado comités de control social, integrados por usuarios del servicio, para supervisar que las entregas cumplan con las condiciones mínimas necesarias, fortaleciendo la transparencia en el proceso.
Mientras tanto, en Uribia, el panorama sigue teñido de desesperanza. Los niños y las familias que deben beneficiarse de estas ayudas se enfrentan, una vez más, a un sistema que parece fallarles en los momentos más importantes.