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Las cigüeñas en Nariño toman forma de parteras y comadronas

Teresa Vásquez, de la Asociación de Parteras La Cigüeña, en Tumaco, Nariño. Foto: Mauricio de la Rosa: El Tiempo.

Teresa Vásquez, de la Asociación de Parteras La Cigüeña, en Tumaco, Nariño. Foto: Mauricio de la Rosa: El Tiempo.
Teresa Vásquez, de la Asociación de Parteras La Cigüeña, en Tumaco, Nariño. Foto: Mauricio de la Rosa: El Tiempo.

La tradición ancestral de parteras no se enseña en los colegios ni en las universidades, se aprende empíricamente.

Noticias Nariño

Tras la limitada accesibilidad a los servicios de salud en zonas rurales del departamento de Nariño, nace la práctica de la partería. Los conocimientos ancestrales de los parteros y parteras de estas zonas, especialmente en el Pacificó nariñense, han sido fundamentales para asistir a las mujeres durante el parto.

«Esta es una práctica familiar que en mi hogar ha trascendido de generación en generación. El gusto por la partería lo llevo desde que estaba en la barriga de mi madre», relató Teresa Velásquez, presidenta de la Asociación de Parteras Nariñenses Asocigüeña de Tumaco, a Señal Colombia.

Teresa conocida en el barrio Primavera como ‘Mamá Tere’, recuerda su primera experiencia asistiendo en un parto a los once años y destaca la influencia de su tía y su padre, ambos parteros.

Teresa guarda con cuidado tres cuadernos deteriorados que contienen los nombres de más de 1,000 madres afrodescendientes e indígenas que su padre Manuel de Jesús Vásquez y su tía Teresa atendieron entre 1960 y 2000. Ahora Teresa busca transmitir a las nuevas generaciones de parteras.

«El conocimiento se complementa con capacitaciones de especialistas de la salud. De los más de 300 niños y niñas que he ayudado a nacer, muchos son profesionales hoy en día y cuando me ven, me saludan con cariño», dice Teresa.

La Asociación de Parteras Nariñenses Asocigüeña, compuesta por más de 400 parteras tradicionales, trabaja en Tumaco y otras regiones de Nariño para preservar esta tradición. En 2023, la UNESCO reconoció la partería tradicional como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, subrayando su importancia cultural y social.

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Quienes se dedican a la partería dicen que no solo es una práctica vital para la salud materna en áreas rurales. También es un componente esencial del legado cultural y social de los pueblos afrodescendientes del Pacífico nariñense.

Las técnicas que usan parteras o comadronas en Nariño

Una de estas técnicas es conocida como «El manteo», una práctica en la cual, al llegar el octavo mes de gestación, la embarazada es colocada sobre una manta y mecidas de un lado a otro por dos personas. Este método ayuda a que el bebé se posicione correctamente en el vientre, facilitando un parto normal.

Las parteras también recurren al manteo cuando comienzan los dolores de parto. Se le suministra a la madre agua aromática de semillas de algodón para acelerar la dilatación.

La preparación para el nacimiento es un ritual en sí mismo: la mujer es colocada sobre una estera de látigo o de totora, esperando de rodillas el nacimiento de su hijo. Según el medio Guaico Esta postura es una forma de dar gracias a Dios y a la Virgen María por el don de la fecundidad.

Durante el parto, la partera acompaña a la madre, pero no observa directamente el nacimiento hasta que escucha el primer llanto del bebé.

En ese momento, se acerca para limpiar el rostro del recién nacido y evitar que el líquido amniótico, «agua de vida», en sus ojos, previniendo enfermedades.

Después del parto

Para ayudar a la expulsión de la placenta, se introduce un tallo de cebolla en la boca de la madre para inducir náuseas y facilitar el proceso.

Tras el nacimiento, los familiares y el padre entran a la habitación, levantan a la madre y bendicen al recién nacido. Se sirve a la madre agua de panela con canela y aguardiente, mientras la partera anuncia el sexo del bebé.

Luego, al bebé se le coloca un pedazo de tela con cebo sobre el ombligo, asegurado con un vendaje llamado ombliguero. Se le viste con una camisa, envuelve en varios pañales y se le pone una mantilla sobre la cabeza antes de entregárselo a la madre para amamantarlo.

La ubicación de la placenta después del parto también sigue tradiciones específicas. Si es varón, la placenta se entierra en el campo bajo un árbol frondoso para asegurar que la madre no sufra de dolores abdominales.

Si es niña, la placenta se entierra en la cocina, debajo de la barbacoa.

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Written by jucebo

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