Los precios mundiales de los alimentos subieron hacia un récord el mes pasado, lo que eleva aún más el creciente costo de vida para los consumidores.
El índice de precios de las Naciones Unidas subió 1,1% en enero, impulsado por el encarecimiento de los aceites vegetales y los lácteos. El indicador esta acercándose al máximo histórico de 2011 y tanto las desfavorables condiciones atmosféricas para los cultivos como las consecuencias de una crisis energética amenazan con mantener los precios altos a futuro.
(Lea: Inflación de enero del 2022, la más alta en 23 años).
La inflación se ha disparado en todo el mundo, y el alza más reciente en el índice de alimentos de la ONU podría poner bajo mayor presión los presupuestos familiares. Los productos básicos que monitorea el indicador se utilizan en la mayoría de los productos que se compran en las tiendas de comestibles o se dan como alimento a animales a partir de los cuales se elaboran esos productos. Eso es particularmente negativo para los consumidores más pobres y las naciones con menos ingresos disponibles.
Los «segmentos más pobres de la población sentirán mas el impacto«, dijo por teléfono Josef Schmidhuber, subdirector de mercados y comercio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
(Lea: Inflación anual estuvo cerca del 7% en el arranque del 2022).
«Grandes gastos en energía, grandes gastos en alimentos y grandes necesidades: todo eso representa una gran parte de sus gastos generales». El azúcar fue el único producto básico que disminuyo su precio durante el mes, mientras que costos de la carne, los cereales, los lácteos y los aceites vegetales aumentaron. Países desde Turquía hasta Paraguay están enfrentando una inflación alimentaria.
El aumento de los precios de la energía ha reforzado el atractivo de los bio combustibles basados en cultivos y ha elevado el costo de los fertilizantes y el combustible para los agricultores.
Eso podría forzar recortes en los insumos agrícolas, particularmente en los países en desarrollo, lo que podría aumentar la dependencia de las importaciones de cultivos si las cosechas fallan, dijo Schmidhuber. Los suministros de cultivos también enfrentan riesgos derivados del mal tiempo y las tensiones geopolíticas.
(Lea: Los esfuerzos del Colombia para reducir el hambre en el país).
Una temporada seca ha afectado los campos de soja sudamericanos, mientras que los precios del aceite de palma alcanzaron un récord debido a la escasez de mano de obra y las restricciones a la exportación. La posibilidad de un conflicto en la frontera de Ucrania también tiene al mercado atento a cualquier impacto en los envíos de cereales del Mar Negro. Por ahora, resulta complicado que la producción logre satisfacer la demanda a medida que las economías se recuperan de la pandemia, señaló la firma de asesoría agrícola Agritel esta semana en un informe.
«La galopante inflación comenzó en la energía y las materias primas y ahora se está moviendo hacia los precios al consumidor«, indico. Es algo que «está perjudicando a los países emergentes, que se están quedando atrás con consecuencias más profundas y duraderas de la crisis».
BLOOM