Cuatro desalmados delincuentes que rondaron durante varias horas las calles del barrio La Ponderosa (Puente Aranda), en busca de su próxima víctima, fueron los mismos que le arrebataron la vida a José Sánchez Linares y dejaron gravemente herido a su hijo, un menor de 17 años.
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Los bandidos, que se movilizaban en dos motocicletas, intentaron hurtarle el automóvil a la víctima, pero al ver que puso resistencia, sin piedad le dispararon y se llevaron consigo la vida del hombre de 51 años.
Por su parte, el hijo de José permanece hospitalizado y hasta el cierre de esta edición se encontraba estable, recuperándose de las heridas que le causaron a bala los delincuentes, cuyo paradero aún es desconocido para las autoridades.
Yo estaba en la tienda cuando escuché los disparos, pero no pensé que fuera aquí al frente de mi casa. Al llegar, esto ya estaba con policías y al muchacho lo estaban subiendo a una patrulla, pero el vecino sí estaba inconsciente. La familia estaba desesperada pidiendo ayuda”, le contó a Q’HUBO un residente de la zona.
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En la mañana de ayer, los investigadores del CTI se encontraban en la zona recolectando los videos de las cámaras de seguridad para poder dar con el paradero de los homicidas, a quienes acusan los habitantes de este barrio de ser los responsables de varios atracos a mano armada por el sector.
Hurto y muerte
José era un hombre honesto, responsable, trabajador, amante de la tecnología y entregado a su familia. Sus vecinos, quienes aseguran que ellos se habían pasado desde hace cuatro meses, cuentan que era una persona carismática, que siempre saludaba con una sonrisa en su rostro.
El vecino estaba parqueando el carro, cuando los tipos que estaban rondando por las calles del barrio lo interceptaron y comenzaron a quitarle sus pertenencias. De repente, cuando no permitió que se le llevaran el carro, los tipos le dispararon. Finalmente, los malandros no alcanzaron a llevarse el vehículo”, manifestó un habitante de la zona.
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Seis disparos se escucharon en la Calle 1 con Carrera 51A, sobre las 9 de la noche. El primer tiro llamó la atención de los familiares de Sánchez Linares, quienes salieron a verificar lo que había ocurrido.
La primera persona en salir fue el hijo menor de José, quien se enfrentó a los bandidos al ver a su papá en el suelo, con lago hemático producto de los dos tiros que había recibido en la cabeza y el pecho. Al muchacho le dieron cuatro tiros, en el abdomen, pierna, brazo y espalda. ¡Es un milagro que esté vivo!
Las personas comenzaron a gritar pidiendo ayuda y por eso todos nos dimos cuenta. Llamamos a la Policía y llegó rápido, pero el vecino ya estaba muy mal”, contó un residente.
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El dolor que hoy sienten los allegados de José no va a mermar pronto, pero su carisma y enseñanzas quedarán grabadas entre quienes tuvieron la fortuna de compartir con él.
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