POR
KATHERYN
SANTAMARIA
A Cesar David Navarro Altamar, la vida le cambió hace diez años, cuando un disparo le arrebató a sus 21 años, la movilidad en sus piernas. Aunque al principio vivió momentos de angustia se aferró a sus sueños y hoy por hoy es un ejemplo de superación no solo en Santa Marta sino en todo el país.
En diálogo para HOY DIARIO DEL MAGDALENA, Navarro Altamar relata lo que fue ese difícil 23 de noviembre del año 2011 cuando fue alcanzado por una bala perdida en el barrio 20 de julio, este fruto de la inseguridad que aún sigue vigente en nuestra ciudad.
“Fue un 23 de noviembre ese día me levante un poco más tarde, debido a que no tuve que ir a trabajar, siempre tenía de costumbre reunirme por las tardes con unos compañeros del barrio para hacer pesas algo que me apasionaba y aún no estaba esa era del Fitness, luego de que termine mi rutina de ejercicio fui a mi casa a descansar, y al rato salí a distraerme, me dirigía hacia la Bahía, mientras caminada por las calles de Santa Marta, cuando estaba por el sector de 20 de julio cuando vi dos tipos disparando del lado contrario del carril, fue en ese momento que sentí un dolor en la espalda, una bala perdida me había impactado”, manifestó Cesar Navarro.
Luego de pasar por momentos de frustración, sentir que el mundo no tenía sentido logró sacar esa fuerza interior y aunque parte de su cuerpo perdió la movilidad, esta no fue excusa para luchar por sus sueños, con solo 21 años fue difícil afrontar la situación por la que estaba pasando, pero con el tiempo pese a todos los cambios que tuvo que vivir se ha convertido en un ejemplo de vida para muchos samarios.
“Doy gracias a las personas que me apoyaron en todo mi proceso de crecimiento, no fue fácil, pero con toda la mejor energía y la fortaleza de todos pude salir adelante, mi corazón siente gratitud porque pude cumplir uno de mis sueños, cuando llegaba cada noviembre en años anteriores no podía dejar de pensar en lo mal que me sentía, pero en estos momentos he superado esta situación, son muchas historias que tuve que pasar para considerarme y sentirme un hombre totalmente recuperado tanto físico como mental”, dijo Navarro.
Este joven siempre le ha apasionado estar en forma, y precisamente antes de que existiría la era Fitness realizaba con sus amigos del barrio la actividad de levantamiento de pesas, de esa forma se ejercitaba y un día como cualquier samario no sabia que sería uno de los peores de su vida, todo esto producto a la inseguridad y el hampa que acecha la ciudad desde hace muchos años.
Este joven samario, actualmente es Tecnólogo en Educación Física, Recreación y Deporte y ejerce como entrenador funcional de pausas activas en diferentes dependencias de la Universidad del Magdalena, dice que agradece a todas las personas que en su momento le dieron la oportunidad para salir de la depresión en la que se encontraba, pero recuerda que fue precisamente una noche en las que llorando se prometió a él mismo que iba a volver a ser el activo joven que era antes del accidente.
Cesar, envía un mensaje de reflexión a todos los jóvenes samarios para que nunca dejen de luchar por sus sueños, a pesar de las dificultades que se les presente en la vida, desde su silla de ruedas ha aprendido hacer independiente y en un futuro no muy lejano uno de sus sueños es poder ayudar a personas en su misma condición para que sean más independientes en sus cuidados, aunque agradece de manera muy especial a su madre Nilsa Altamar quien fue su enfermera y cuidadora las 24 horas en todo su proceso.
“Agradezco mucho a mi madre quien también fue parte fundamental de mi proceso, mi fiel amiga, actualmente se vienen un proyecto muy bonito, pero en especial quiero decirles a todos estos jóvenes que tengan resiliencia y siempre piensen en un futuro deben ser persevantes y nunca dejarse caer, cero excusas”, afirmó Cesar Navarro Altamar.