Los recientes hechos registrados en el Caquetá, donde un campesino y un policía fueron asesinados, el primero a balazos y el segundo degollado, prenden nuevamente las alarmas acerca de la relevancia de la fuerza pública en el control del orden público.
Los policías que custodiaban las instalaciones de una empresa petrolera fueron sitiados por decenas de campesinos que los atacaron salvajemente, en unos acontecimientos que desembocaron en dos tragedias para los familiares de los…