Con ladrillos, piedras y botellas, los primos Mario Alejandro y César Alejandro Troncoso, no solo le destruyeron el cráneo sino también, los sueños y esperanzas de toda su familia.
El 25 de octubre del 2014 la vida de Juan Bernardo Mejía, un joven ibaguereño de 24 años, dio un giro de 360 grados. Una salida con sus amigos a una discoteca, se convirtió en una verdadera pesadilla luego que entrada la madrugada se desatará una riña en la que, según testigos de los hechos, los primos Mario Alejandro Troncoso y César Alejandro Troncoso, lo agredieron con ladrillos, palos y botellas.
Tras la golpiza, Juan Bernardo fue trasladado a un hospital donde tuvieron que entubarlo y horas después le dieron la terrible noticia a su madre, que tendrían que extirparle una tercera parte del cerebro.
Una tragedia familiar
Hilda Flomin, madre de Juan Bernardo, afirma que su dolor no solo es por ver a su hijo desde hace 8 años postrado en cama, sino saber que la justicia fue blanda con sus agresores, pues según ella, a César Troncoso le dieron casa por cárcel, pero pasó gran parte de su condena en la calle.
“Los cargos eran por intento de homicidio y lo cambiaron a lesiones personales, el fiscal tuvo que ver mucho con eso, parece que todo estuvo amarrado”, afirmó la señora Hilda.
Por su parte, aseguró que es muy triste saber que la familia de Mario Alejandro lo ha estado escondiendo durante años para que no enfrente la justicia.
“Ellos destruyeron a toda una familia, se acabaron los momentos especial. Yo me entregué en alma y cuerpo a mi hijo, yo estoy constantemente en la clínica porque por su condición ya no podemos darle manejo en casa, él sufre fuertes convulsiones. El médico Jorge Lara, junto a Daniela su fisioterapeuta, han estado siempre muy pendientes”.
La señora Hilda relató que, pese al difícil diagnóstico, siente que su hijo la reconoce, a veces reacciona con llanto o con sonrisas, pero nunca podrá volver a hablar, caminar o llevar una vida normal. También expresó su tristeza, pues afirma que en estos ocho años, sus agresores nunca fueron capaces de acercarse y pedirle perdón por lo que pasó.
¿La familia de Juan Bernardo ha pensado en la eutanasia?
Pese a que los médicos han confirmado que Juan Bernardo nunca se recuperará de su estado vegetativo, doña Hilda afirma que nunca ha pensado en la eutanasia pues ha aceptado la prueba que Dios puso en su camino.
Además, afirmó que sus hijos Carlos Andrés, gerente del Banco Falabella de Acqua y Melissa, quien trabaja con el cantante Carlos Vives, han asumido los gastos de su hermano sino también los de ella, pues tuvo que dejar de trabajar desde que se presentó la tragedia, y que es gracias a su esfuerzo y la ayuda que les ha brindado la EPS, que Juan Bernardo está en buenas condiciones pese a su dramática situación.
“En Nogales, la clínica que ahora es La Nuestra, me recomendaron que lo desconectará y donará sus órganos, pero yo me negué. No, porque dónde hay vida hay esperanza y nosotros no podemos tomar las decisiones de Dios, yo confió en el Señor y sé que él me va hacer la obra con Juanito, pero qué cargo de conciencia tomar la decisión de desconectarlo y quedar con la incertidumbre de si hubiera mejorado, a mí me dolió cuando me hicieron la propuesta”.
Finalmente, la señora Hilda le envió un mensaje a Mario Alejandro Troncoso y a sus familiares, en el cual les pidió que tomen conciencia de lo que hicieron y que como padres deben inculcar que no evadan sus responsabilidades.
“Él debió entregarse para tener su conciencia tranquila, si mi hijo hubiera sido el agresor, yo lo hubiera entregado. Los familiares son tan cómplices cómo la gente que estuvo en esa discoteca y no hizo nada por Juanito”.