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En medio de los barrios Veracruz y Las Nieves (en Santa Fe), a plena luz del día de este domingo, se presentó el homicidio de un joven que causó zozobra y pánico entre los transeúntes que visitaban el centro de la capital este domingo, día de elecciones.
Los dos disparos seguidos que sonaron en medio de la agitada y ruidosa tarde de votaciones, causó pánico en los testigos del crimen, entre los que estaban comerciantes y peatones. Dicen que al presenciar el hecho, varios empezaron a llamar a las autoridades , mientras que otros se limitaron a observar la escena.
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“Estábamos terminando ya de trabajar cuando se oyeron los tiros, lo único que pensamos fue en agacharnos por temor a que una bala nos hiriera. Cuando pasó el susto, nos asomamos y ya estaba el muchacho tirado en el suelo, como de medio lado”, le dijo ayer a Q’HUBO una trabajador de la zona.
La víctima, quien no fue identificada porque no portaba documentos, recibió un disparo en la cabeza y minutos después fue trasladada al Hospital Santa Clara, a donde ingresó sin signos vitales.
Del sicario no se sabe nada, pues a pesar del alto flujo de peatones y de que las autoridades se encontraban realizando labores de patrullaje continuamente a esa hora, no fue capturado y
hasta el cierre de esta edición no se tenían pistas de su paradero.
Sicariato a plena luz…
A eso de las 5 de la tarde de este domingo, mientras el sol daba sus últimos rayos y las personas que visitaban el centro de la capital comenzaban a abandonar, un sujeto le pisaba los talones a un joven por las históricas calles aledañas al canal de Las Aguas.
“Al man lo iba siguiendo el sicario desde hacía rato, pero no le había disparado porque había mucha gente y, me imagino, tenía que ser en un punto estratégico”, añadió un testigo. El asesinato se perpetró a la altura de la Carrera Séptima con Calle 17. Dicen que la víctima iba caminando sola, cuando el sujeto se le acercó, sin mediar palabra sacó el arma de fuego que llevaba escondida en la pretina del pantalón y le disparó.
Tras dejar a su víctima agonizando en el asfalto, el sicario salió corriendo durante unos metros y luego comenzó a caminar normal para no levantar sospecha. A las pocas cuadras se subió a una moto que lo estaba esperando y huyó.
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